La alarma desatada por la sucesión de rebrotes de coronavirus registrada en las últimas semanas en la Ribera no se ha traducido hasta ahora en una mayor presión de ingresos hospitalarios. Ayer solo había ingresados tres enfermos confirmados de Covid-19 en el Hospital Universitario de la Ribera. De ellos, solo uno ha necesitado los servicios de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), por lo que la situación se encuentra controlada. La mayoría de los positivos que se han detectado hasta ahora son asintomáticos o requieren solo un aislamiento domiciliario.

La semana pasada solo se tenía constancia de un ingreso por coronavirus en el centro hospitalario alcireño, que cuenta con suficientes medios humanos y materiales por ahora para hacer frente a un posible segundo gran brote de Covid-19 en los próximos meses. En situaciones límite podría incrementar en más de 150 camas su capacidad de hospitalización convencional y casi duplicar su capacidad de hospitalización de pacientes críticos e intensivos. En depósito ya se guardan suficientes respiradores.

Margen de maniobra

Durante el momento álgido de la pandemia, la gestión de las camas permitió que el centro no se saturara ni colapsara. El nivel de exigencia para sus profesionales fue brutal, pero siempre hubo margen de maniobra para incorporar nuevos pacientes, incluso en la UCI. Sin embargo, aunque pueda pensarse que el hospital está preparado para cualquier emergencia, los profesionales reclaman «la responsabilidad, la precaución y el civismo que exige la amenaza de la Covid-19», por lo que instan a los ciudadanos a permanecer alerta y prevenidos para evitar cualquier riesgo.

El goteo de contagios declarados en la Ribera, al menos aquellos que, por su volumen, despertaban más preocupación, se inició en Cullera al difundirse que tres inmigrantes que habían llegao a España con una patera habían sido desviados allí para que pasaran la cuarentena bajo control. Nada más alcanzar el territorio español y ser detectados por la policía fueron sometidos a pruebas PCR y dieron positivo. Su estado se conocía a la perfección cuando sw trasladaron a Cullera, población que se eligió al albergar un Centro de Atención de Refugiados (CEAR) que dispone de locales capacitados para garantizar un asislamiento completo.

Diversos focos

En días sucesivos salió a la luz el contagio de tres miembros de una misma familia de Fortaleny. Los tres aceptaron la propuesta formulada por las autoridades sanitarias para aislarse en una casa de campo de su propiedad alejada del casco urbano, mientras que Salud Pública inició un rastreo de las personas con las que habían entrado en contacto para evitar que se expandiera la enfermedad. Otro caso, todavía más grave por el importante numero de infectados, se detectó después en Guadassuar, donde siete integrantes de una familia habían dado positivo. También ha quedado aislada.

Hasta el viernes, la Conselleria de Sanidad tenía constancia de seis casos detectados en Alzira, cuatro en Cullera, tres en Fortaleny y uno en l'Alcúdia, Algemesí y Albalat de la Ribera

Dos positivos más obligan a cerrar un bar en Sueca y un horno del Mareny

La comarca de la Ribera Baixa sigue registrando nuevos casos de coronavirus, aunque no puedan ser considerados rebrotes al tratarse en ambos casos de un solo contagio. Eso sí, se está investigando el entorno, ya que trabajan en sendos negocios familiares.

El primero de los casos confirmados tiene su sede en el Mareny de Barraquetes, donde un trabajador del Horno Vivó ha dado positivo por coronavirus, por lo que los propietarios, «por precaución y responsabilidad», han decidido cerrar el negocio a la espera de que se active el protocolo y se realicen las pruebas pertinentes al resto de la plantilla, así como a los clientes que hayan podido tener contacto con la persona infectada.

En Sueca también ha cerrado sus puertas el bar Ca Sara al dar la propietaria positivo, por lo que se ha realizado un llamamiento en las redes sociales a todas las personas que han podido tener contacto con la persona infectada para que se realizan las pertinentes pruebas PCR. También se ha instalado un cartel con el mismo mensaje en la puerta del local.

Llamada a la tranquilidad

Los dos establecimientos han decidido cerrar las puertas y han realizado un llamamiento a la tranquilidad afirmando que «volverán tan pronto como les sea posible para ofrecer un servicio con la máxima seguridad tanto para los clientes como para los trabajadores».

Son, de momento, casos aislados. Hay una única persona contagiada que se ha puesto a plena disposición de la Conselleria de Sanitat y Salud Pública para seguir los protocolos oportunos, que también alcanzan a sus entornos tanto familiares como laborales.