? Los delincuentes cibernéticos han afinado tanto la falsificación de documentos que resulta complejo distinguir dónde queda probado el fraude. Hay que ir a los detalles, que muchas veces pasan desapercibidos ante la fuerza de la costumbre. Los sellos, firmas o certificados bancarios utilizados por los estafadores no generaron dudas a los funcionarios, aunque había un elemento que pudo levantar las alarmas: el correo electrónico de la empresa Tecma estaba escrito al revés. Esta particularidad fue inadvertida por los funcionarios. De esa dirección de correo fraudulenta deberán tirar ahora los investigadores. Ya se han puesto a trabajar.