La concejalía de Medio Ambiente de Alzira prevé aprobar en el pleno de octubre la ordenanza de prevención de incendios forestales que regulará las medidas de seguridad individuales y colectivas que se deben aplicar en las urbanizaciones o áreas residenciales lindantes con superficies forestales. Ese nuevo reglamento obligará a abrir franjas de seguridad de 30 a 50 metros, según la pendiente del terreno, alrededor de los chalés para dificultar la llegada del fuego.

«Prevenir los incendios también es su responsabilidad. Todos nos hemos de implicar en esa tarea, porque nos jugamos mucho», defiende Pep Carreres, decidido a dotar a las principales urbanizaciones de Alzira de ese perímetro de seguridad. Será una medida de obligado cumplimiento. Los propietarios deberán asumir ese compromiso. Y el coste de los cortafuegos, pensados para protegerles, correrá de su cuenta.

El ayuntamiento, no obstante, tratará de dar todas las facilidades. Pretende consensuar con las juntas de propietarios el plan de actuación. Y está dispuesto a asumir las gestiones, aunque luego pasará la factura a los afectados. La nueva normativa va a ser coordinada con la que también promueve la Generalitat, que ha visto el plan de Alzira como un modelo.