El alcalde de Sumacàrcer, David Pons, ha logrado el compromiso de la Delegación del Gobierno y de la Guardia Civil para montar un dispositivo especial a lo largo del fin de semana para evitar que el municipio se llene, como suele ser habitual, de visitantes que desoyen la prohibición de bañarse en las playas del Xúquer. El ayuntamiento interpreta que esa concentración de cientos de personas puede resultar muy peligrosa en un momento en que el municipio se enfrenta un brote de contagiados de coronavirus que ya afecta a seis vecinos. Las dos últimas pruebas PCR realizadas dieron ayer negativo.

La Delegación del Gobierno ha diseñado un plan, que podrá en práctica este fin de semana, para impedir que se produzca un nuevo colapso de tráfico en los accesos a las playas fluviales. «Somos conscientes de que los recursos disponibles son los que son, pero creemos que la colaboración de la Guardia Civil es hoy imprescindible para evitar riesgos por el bien de todos», comentó ayer la primera autoridad local.

«¿Cabe el confinamiento?»

Pons también ha pedido a los responsables sanitarios, únicos competentes para tomar esa decisión, que valoren «los pros y contras de confinar al conjunto de la población si en el futuro fuera necesario en función de la evolución que adopten los contagios». Una decena de trabajadores y cargos públicos del ayuntamiento y otra veintena de contactos directos sigue a la espera de realizarse la prueba PCR, por lo que no podrán recobrar la tranquilidad hasta dentro de unos días.

El origen del brote de Sumacàrcer es un empleado municipal que trabaja en las oficinas municipales. Cuatro compañeros y una concejal del ayuntamiento que habían estado en contacto con él en las dependencias del consistorio dieron positivo en los análisis que les practicaron y ayer notificaron que otros dos trabajadores habían dado negativo. El pueblo tiene poco más de 1.100 habitantes, según las últimas estadísticas.