El lago de l'Estany de Cullera vivió ayer una jornada inusual. A lo largo de más de medio siglo, el 15 de agosto ha sido sinónimo del concurso de pesca «al hamot». Ya se había convertido en una tradición para los amante de este deporte. Pero la pandemia pudo con él, como ha ocurrido con una gran cantidad de actos y celebraciones. Tras 58 años consecutivos de cañas en ristre, la calma y la tranquilidad reinaron en el paraje.

La organización del concurso corre cada año a cargo del club de pesca deportiva local, presidido en estos momentos por Agustín Font. En él suelen participar los miembros de esta entidad, a la cual están inscritos aficionados a la pesca de toda la provincia de València, y otros llegados de todo el estado español, que aprovechan su estancia su estancia estival en la playa para pescar en un lugar tan atractivo y emblemático como es l'Estany de Cullera.

Se trata de un certamen único que, tradicionalmente, se inicia con un almuerzo al que acuden los organizadores y las autoridades locales. Los primeros montan su infraestructura: los puestos para recoger las inscripciones, la propia para el ágape matutino, la zona donde se realizará el pesaje de las piezas capturadas y el espacio para la entrega de premios.

Se trata, por tanto, de un ritual que difícilmente se podía realizar debido a la situación sanitaria. Toda esa hermandad tradicional no tiene cabida en un momento en el que se reclama distanciamiento entre personas para evitar contagios. Por ese motivo, el club de pesca local y el ayuntamiento acordaron la suspensión.

Embarcaciones de l'Albufera

La pesca «al hamot» es una de las modalidades características de l'Estany, y como tal, el club local la defiende y promociona. Se trata de un tipo de pesca muy especial que se realiza en «llaguts», las barcas tradicionales de l'Albufera. Dentro del lago, cada embarcación tiene su espacio asignado y delimitado. Eso sí, cada pescador es libre de utilizar como cebo aquello que considere más oportuno, por lo que existe una gran variedad de posibilidades.

Se trata, por tanto, de un concurso único, que consigue que los aficionados a la pesca se pasen toda la mañana en sus barcos intentando capturar no solamente el mayor número de piezas sino también la más grande. Por su parte, los guardas del lago y los miembros de la organización se encargan de ir «barquet a barquet» para recoger el pescado que los participantes han logrado capturar.

El concurso de pesca «al hamot» que se celebra habitualmente en l'Estany de Cullera volverá a llenar de diversión el lago. Este año no ha podido ser, pero al próximo, si la situación sanitaria lo permite, volverá a demostrar que con el paso del tiempo se ha convertido en un atractivo turístico más de la localidad de la Ribera Baixa por realizarse en un enclave de gran majestuosidad, por su promoción de las tradiciones y por su capacidad de hermanar a sus participantes.