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Sumacàrcer logra blindar sus playas fluviales sin imponer sanciones

El dispositivo para prevenir contagios evita la presencia de bañistas: "Parecía un día de invierno cualquiera"

Sumacàrcer logra blindar sus playas fluviales sin imponer sanciones

El cierre de los accesos a las playas fluviales de Sumacàrcer para evitar la llegada masiva de bañistas en un momento en que las autoridades sanitarias tratan de controlar un brote de contagios por coronavirus que ha afectado a seis vecinos logró el objetivo el pasado fin de semana. «Salvo algún despistado que se haya podido colar, estamos satisfechos con el dispositivo. El pueblo ha estado muy tranquilo y no se ha impuesto ninguna sanción porque no ha hecho falta. Parecía un día cualquiera de invierno», relató ayer el alcalde, David Pons.

La Policía Local cortó el viernes los caminos rurales que dan acceso a parajes como la Platja de l'Esgoletja y con el apoyo de los voluntarios de Protección Civil de Sumacàrcer y Antella y, por momentos, de la Guardial Civil, mantuvo las labores de vigilancia e información los días posteriores. Casualmente, justo a los pies del núcleo urbano de Sumacàrcer, aunque en el término municipal de Antella, en la partida del Reguer, se volvían a registrar aglomeraciones de bañistas y, en particular, de vehículos.

«La gente que acude a ese paraje no suele desplazarse y su presencia no afectaba al objetivo principal que teníamos, que era que no hubiera movimiento de gente por las calles de Sumacàrcer», explicó David Pons. Muchos bañistas suelen descender el río con colchonetas o neumáticos y cruzan el núcleo urbano de regreso a pie al punto de partida. Esta sitiuación se logró evitar el pasado fin de semana ante la preocupación generada por el brote de coronavirus.

El alcalde de Sumacàrcer admitió que también «preocupa» las aglomeraciones de bañistas y vehículos en la zona del Reguer, especialmente por los daños que pueden ocasionar en los campos, mayoritariamente de vecinos de Sumacàrcer, pero señaló que la solución corresponde en este caso al Ayuntamiento de Antella y se mostró abierto a colaborar.

David Pons admitió que el cierre de los caminos y la ausencia de bañistas había afectado de forma notable a bares y restaurantes, pero defendió que era el momento de estar por encima de intereses particulares y valorar que Sumacàrcer tiene una población muy envejecida «y por encima de todo está la salud». En este sentido, anunció que el ayuntamiento está dispuesto a buscar fórmulas que compensen las pérdidas a estos establecimientos. «También sentimos mucho que algún vecino se haya sentido perjudicado, pero tenemos claro que afrontamos un verano atípico y que era el momento de sacrificar alguna comodidad como disfrutar de un baño para proteger a la población». Pons comentó que, a falta de los últimos resultados, las pruebas de PCR realizadas no han detectado nuevos positivos por coronavirus.

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