¿Cómo ve el Alzira FS ahora en comparación con lo que era?

Es un club nuevo. Lo que había hace cuatro años es un 10 % de lo que tenemos ahora, a todos los niveles. Creo que nos hemos involucrado mucho en nuestra sociedad a todos los niveles. Somos un club simpático, a todo el mundo le gusta venir a nuestro pabellón porque damos el mismo trato a todos los colectivos. Para ello es muy importante saber comunicar todo lo que hacemos y llegar a la gente. Luego, claro, la pelotita tiene que entrar.

El Alzira FS se ha convertido en el club de más entidad de la ciudad. ¿Lo ve como una carga a sus espaldas o le motiva aún más?

Totalmente es una motivación. Ver cómo crecemos así es espectacular. Ahora mismo solo hay dos equipos valencianos en la élite del fútbol sala. El Levante en Primera y nosotros en Segunda. Ahora parece fácil, visto desde donde estamos, pero tenemos que estar preparados, y la responsabilidad está ahí, para cuando las cosas no vayan bien.

¿Qué objetivos se marca ahora? ¿Algún sueño por cumplir?

Cuando esta directiva salió reelegida, dije que yo me iría satisfecho si llenamos algún día el Palau hasta la bandera, sería muy reconfortante ver las casi 3.000 butacas ocupadas durante un partido. Queremos crear más adeptos al fútbol sala. Más allá de eso, nuestro objetivo es el de consolidar al equipo en Segunda. Ahora todo el mundo nos dice que toca subir a Primera. Calma. Si viene ese ascenso, genial. Pero ahora toca armar los cimientos y, en dos años, quizás podamos ser un equipo muy competitivo de Segunda, que además, forme jugadores jóvenes que puedan llegar a esta categoría.

Mejor mantenerse cinco años en Segunda que por subir uno a Primera se acabe cayendo a Tercera, ¿no?

Exacto. El salto a Primera es enorme, mucho más grande de los que hemos dado hasta ahora. Para eso hay que estar preparados y no sé si ahora lo estamos o si lo estaremos al próximo verano.