El calendario festivo de la comarca se ha reducido hasta la mínima expresión debido a la pandemia. Aunque la mayoría de los festejos patronales se celebra durante los meses de verano, todavía estaban pendientes algunas celebraciones. Es el caso de l'Alcúdia o Carlet, que también se quedarán este año sin sus respectivas fiestas.

El alcalde alcudiano, Andreu Salom, reconoció que en estos momentos lo más importante es «no poner en riesgo la vida de las personas». Sus fiestas, dedicadas a la Mare de Déu de l'Oreto, se han celebrado ininterrumpidamente desde 1938, momento en el que también se suspendieron, debido a la Guerra Civil. «En otros pueblos, tras la suspensión, algunas personas han querido celebrar por encima de todo. El resultado es bien conocido, ya que han aparecido brotes de coronavirus. Es decir, por celebrar una fiesta suspendida, se ha puesto en peligro, de forma rotundamente innecesaria, la vida de muchas personas», indicó Salom a través de un bando dirigido a la población.

«Espero que nuestros vecinos, de todas las edades, pero especialmente los más jóvenes, no celebren unas fiestas 'alternativas'. Los sanitarios ya no quieren más aplausos, quieren actitudes responsables», añadió el munícipe. La decisión de suspender las fiestas se consensuó entre todos los partidos políticos presentes en el consistorio.

La localidad vecina de Carlet también se encuentra a las puertas de los días más importantes de su calendario festivo. No obstante, tampoco habrá nada que festejar. Aunque el consistorio ya suspendió los actos antes de que diera comienzo el verano, son días de cierta resignación. El martes se tendría que haber celebrado la tradicional subasta de palcos en el Teatre Giner, pero no fue posible y deberá esperarse al próximo año.

Este acto da siempre el pistoletazo de salida a las fiestas carletinas. El consistorio subasta cerca de cuarenta espacios delimitados de la Plaça Major, donde las quintas y los grupos de amigos suelen montar sus palcos para disfrutar de las verbenas que se suceden los días siguientes. La suspensión interrumpirá un crecimiento considerable de los festejos mayores de Carlet, que, sin ir más lejos, el año pasado establecieron un nuevo récord histórico al adjudicarse una de las plazas por 2.000 euros. El teatro aguardará hasta el próximo año para volver a ver a sus vecinos pujar por los mejores espacios para disfrutar de las fiestas.