El mes de septiembre es el más importante para los alcireños devotos de la Mare de Déu del Lluch, patrona de la ciudad. La pandemia ha obligado a suspender algunos actos y a adaptar otros a las circunstancias actuales. De ese modo, los portadores de la Virgen dejarán paso este año a la automoción.

Cada año, la imagen religiosa, cargada a hombros, protagoniza una serie de procesiones que este año resultan inviables debido a las medidas de seguridad establecidas para evitar contagios. No obstante, no se renunciará a la esencia de la tradición. El viernes 18 de septiembre se realizará la «Baixà», aunque mediante una caravana automovilística, que trasladará a la patrona desde el santuario hasta la parroquia Verge del Lluch. La «Moreneta» se instalará sobre un vehículo «de la forma más digna y segura», detalla la Reial Confraria de la Mare de Déu del Lluch. Una pequeña comitiva motorizada, de unos seis o siete coches para no generar problemas de tráfico, acompañará a la Virgen.

El procedimiento se seguirá también el domingo 20 para realizar el traslado desde la parroquia hasta la iglesia de Sant Joan, tras la solemne eucaristía de despedida. También será motorizado el Trasllat de la Vespra, previsto para el sábado 26, por el que la imagen religiosa dejará Sant Joan para llegar a la parroquia de Santa Caterina. Y, claro está, con el retorno, al día siguiente, de la Virgen hasta el santuario.

Sin bailes y misas con aforo

La celebración renunciará, no obstante, a algunos de los actos característicos de su Festa Major, que tendrá lugar en día 27. No habrá lugar para la Troballa de la Mare de Déu ni la Processoneta del Matí, en la que un grupo de mujeres portan a la virgen por las calles de la histórica Vila. Tampoco se podrán ver los bailes tradicionales de la Carxofa o de los Arquets, interpretados por jóvenes de la localidad.

Las eucaristías se mantendrán en el programa de actos, aunque se adaptarán a las medidas especiales por la Covid. Las misas tendrán aforo limitado, que cambiará en función de las limitaciones que tenga establecidas cada parroquia.

El Novenari, la Setmana Mariana o el día solidario, en el que la cofradía de la Mare de Déu del Lluch recogerá alimentos no perecederos para Cáritas, completarán el programa.