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Memoria

El barrio de Alberic que salió de la cueva

La Troneta estaba conformada en su origen por casas construidas a diferentes alturas en base a la orografía del terreno: les Coves

El barrio de Alberic que salió de la cueva

Si hoy se teclea el término «casa cueva» en uno de los múltiples buscadores digitales aparecen rápidamente cientos de referencias, sobre todo que ofertan alojamientos en diferentes enclaves de España en los que disfrutar de una experiencia diferente, en alojamientos hoy vendidos como lugares de culto que admirar. Incluso alguna información habla de dichas construcciones como el mejor sitio contra los contagios. Cosas del marketing. El hecho es que este tipo de viviendas fue un recurso recurrente para grupos poblacionales que hace décadas contaban con escasos recursos y, sobre ellos, debían edificar un futuro. No es exactamente lo que se podía encontrar en la zona de la Troneta de Alberic, dado que las construcciones en dicha zona no se edificaban en escarpados agujeros de la montaña. Pero sí lo reproducía de alguna forma, ya que las particularidades orográficas de dicha parte de la población provocó que se edificaran unas viviendas de gran particularidad que desaparecieron con las modernizaciones urbanizadoras. Hoy son un recuerdo a través de fotografías que parecen hablar de un mundo diferente. Sin embargo, siguen habiendo muchas personas en Alberic que las recuerdan e incluso que las habitaron. Según ha estudiado en los últimos meses la especialista en Patrimonio de Alberic Sara Portero, la Troneta «estaba situada sobre un terreno bastante accidentado. Esta parte de nuestro pueblo poseía una calidad que la hacía, si no única, muy peculiar: las conocidas como Coves de la Troneta. Estas cuevas no eran sino casas construidas a diferentes alturas, provocando que el techo o azotea de algunas de ellas hiciera la función de calle o pavimento de las situadas más arriba. Eran casas muy pobres, muchas veces sin suministro de agua potable ni luz, donde vivían los temporeros que trabajaban en el campo con sus familias». La investigadora ha trabajado en los últimos meses en la recuperación del patrimonio local, realizando una especie de guía sobre los principales enclaves de Alberic.

En adelante trabajará en la recuperación de algunos espacios que, por la falta de ayudas de administraciones superiores, no han podido ser rehabilitados en las últimas décadas u otros que se quiere poner en valor para convertirlos en reclamos turísticos por su gran particularidad, caso de la vieja cisterna, construida en el siglo XVII, y que formaba parte del antiguo castillo y sirvió para el almacenamiento de agua potable hasta el año 1906. La gran nave del depósito compone una gran bóveda de cañón de 17,5 metros de longitud, 8.60 de altura y 6,5 de altura. Este gran espacio era capaz de albergar hasta 900 hectómetros cúbicos. La Troneta es el barrio que conforma gran parte del núcleo antiguo de Alberic, actualmente convertido con dos plazas que predominan en el paisaje del barrio. Esta remodelación llevada a cabo a finales de los años sesenta del siglo pasado, desde el punto de vista patrimonial, según Portero, «fue un poco controvertida. Aunque ha supuesto una mejora urbanística para las casas que rodean estas plazas, ahora cubiertas de árboles y espacios de juego para los más pequeños, hizo desaparecer un espacio muy característico de nuestro pueblo y que contaba parte de su historia. Hay que reflexionar si no hubiera sido más acertada la recuperación de este espacio arquitectónico único, con la rehabilitación de las casas, tanto para uso cultural como para uso privado, redescubriendo el espacio de casas estrechas, encaladas y con geranios de colores en los balcones». Fue el párroco Vicente Benavent el que trasladó su preocupación al ayuntamiento todavía franquista sobre la situación de la zona, provocando la modernización estructural del barrio.

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