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Entrevista

Cirilo Arnandis: "El año va a ser muy duro; hay una gran merma, pero no faltará caqui en el mercado"

Presidente del Consejo Regulador de la DO del caqui

Cirilo Arnandis. v. m. pastor

Un exceso de lluvias y unas plagas que el agricultor apenas puede combatir amenazan con provocar una gran merma de la cosecha. Algunas estimaciones la cifran en el 45 %. Parece que la campaña no pinta bien.

La vertiente agronómica de la campaña está teniendo problemas y el primer problema es el largo período de lluvias que hubo, que provocó una caída anticipada de fruta. Eso es lo que veíamos en ese momento, pero hoy estamos viendo que provocó más cosas. Provocó una incidencia más grande de lo normal del hongo «Mycosphaerella nawae» o mancha negra del caqui. La gente estaba confinada, las cooperativas hicieron todos los tratamientos, pero hay cultivos en los que no y están perdiendo toda la fruta. Es un tercer factor que se suma al problema de las cochinillas y el «cotonet». La merma de producción este año se irá viendo conforme pase el tiempo, pero está claro que ya hay una merma superior al 30-35 % y no sabemos cuándo va a acabar. Esto es muy grave para el agricultor y más cuando para muchas de las plagas no tenemos en este momento una solución. Por otro lado, la producción que esté en condiciones será una fruta de calidad, con calibre, que llevaremos al mercado y no va a faltar fruta en el mercado.

El presidente de AVA ha llegado a señalar que, con este rendimiento de las parcelas, la viabilidad del caqui está contra las cuerdas.

Tenemos que ser capaces de volver a una situación de control de plagas para tener un nivel de costes que nos permita rentabilizar el producto en el mercado, porque aquel producto que en un principio, controlando la «Ceratitis capitata», prácticamente no necesitaba tratamientos y era muy rentable, desde que apareció la mancha negra ya necesita tres o cuatro, en función del año. Además, todos los tratamientos que estamos haciendo para el «cotonet», las cochinillas y la mosca que provoca la negrilla. Eso supone que cualquier campo bien llevado necesite cinco, seis o hasta siete tratamientos, además de los que a partir de ahora se tienen que hacer para atrasar o adelantar la fruta. Son plagas que nos han venido de los cítricos y no tenemos las materias que nos permitan ese control de la infección, mientras no lo consigamos..., tenemos que ser capaces de conseguirlo.

La prohibición de las materias activas más eficaces contra esas plagas ha dejado al agricultor con las manos atadas para defender los cultivos. ¿Las gestiones realizadas pueden propiciar que Europa levante la mano?

Europa no lleva camino de levantar la mano. Estamos trabajando junto a las Administraciones, la UPV, el IVIA, con insectos depredadores para el «cotonet» y la cochinilla que se puedan aplicar en el caqui, estamos haciendo pruebas durante todo el año y tendremos resultados conforme vaya acabando la campaña. Se trata de buscar soluciones para la campaña que viene y vamos a poner todos los medios. Ahora no tenemos el tema solucionado.

La mejora de precios en el caso de la fruta de hueso no ha evitado una campaña floja por falta de producción. ¿Le puede suceder al caqui lo mismo?

Puede pasar lo mismo con el caqui, pero va a depender de las parcelas. Habrá parcelas con una producción normal y si el mercado responde, que esperamos que sí va a responder, tendrán rentabilidad, y aquellas parcelas que por culpa de los problemas fitosanitarios tenga producciones bajas o incluso hayan perdido el 100 % de la fruta, está claro que con pocos kilos no puede haber rentabilidad. De ahí la presión que estamos haciendo ante la conselleria y el ministerio. Ya he mantenido varias reuniones porque tenemos que ver cómo se puede paliar este gran problema. No puede ser que teniendo un producto que está esperando el mercado, un producto líder que tiene el reconocimiento internacional, por culpa de estas plagas y de unas medidas europeas que no vamos a valorar porque seguramente se han tomado pensando en las personas, nos veamos en esta situación. Antes de prohibir un producto hay que buscar una solución, sea por confusión sexual, una alternativa en la que estamos trabajando, la lucha biológica..., pero no se puede olvidar la lucha química. ¿Por qué? Es lo mismo que las personas, al final son enfermedades, y en función del nivel de afección hay que acudir a unos tratamientos u otros.

A menos fruta, mejores precios, pero las organizaciones agrarias promueven campañas para que nadie venda por debajo del precio coste. Aunque es un tema que no afecta a las cooperativas, ¿qué opinión le merece?

El precio es oferta y demanda, estamos en un mercado libre donde si la oferta es superior a la demanda los precios bajan. Nosotros trabajamos para que eso no pase y cada año invertimos muchísimo en promoción para incrementar el consumo y la demanda, porque el producto sigue siendo un gran desconocido a nivel europeo y a nivel mundial. Luchamos para conseguir una demanda superior y luchamos para conseguir precios en el mercado, eso nos diferencia de aquellos que simplemente tienen el producto. De hecho, llevamos 22 millones de euros gastados en promoción y para este año hay una dotación de más de dos millones. Esperamos que esa oferta inferior provoque un precio superior, y vamos a seguir invirtiendo para promocionarlo y conseguir nuevos consumidores.

Las gestiones que el sector ha realizado ante el ministerio estaban encaminadas a entrar en el mercado chino. ¿En qué punto se encuentra este proceso?

China paró el tema, está todo hecho a expensas de que se ponga en marcha la tramitación, pero es un país complicado. Estamos intentando abrir mercados en otros países como Perú, Canadá, los Emiratos Árabes... no paramos de buscar nuevos puntos de venta. También se está trabajando para entrar en Corea del Sur, son países productores y grandes consumidores, pero son del otro hemisferio y son puntos de interés para el sector.

La asociación que agrupa a los comercios reveló hace unos meses que se están produciendo contactos para crear una mesa sectorial que agrupe a los dos principales operadores, el consejo regulador de la DO y el sector privado. ¿Ve viable esa colaboración?

Todas las colaboraciones son buenas, pero siempre he echado en falta que todos los comercios que están en la Denominación de Origen y trabajan con producto de la DO participaran en la promoción. Incluso en la ampliación de la DO, los comercios preguntaban y cuando se les detalla lo que estamos pagando lo socios de la DO por kilo para promoción, inmediatamente pierden el interés. Pienso que hasta ahora han estado a rebufo de la DO, porque cuando se promociona se promociona el caqui ya que en las campañas que tienen ayudas europeas o nacionales no puedes promocionar una marca. Está claro que los intereses son los mismos, todos buscamos la mejora del producto, pero los que estamos poniendo dinero para promocionar el producto son los comercios y cooperativas que están en la DO.

¿El crecimiento que venía experimentando la superficie de cultivo ha parado ya?

De momento se ha frenado. Se están abandonando parcelas y eso es negativo porque el agricultor no está sacando rendimiento y porque esas parcelas son focos generadores de plagas.

Con este escenario, ¿el caqui tiene futuro?

Yo pienso que el caqui sí tiene futuro, tenemos que ser capaces de superar esta fase. El año pasado ya fue duro y éste va a ser muy duro por el tema sanitario y por eso la presión que cada día estamos haciendo ante la Administración para buscar soluciones. Tenemos que encontrar fórmulas para paliar esta situación que afecta y mucho al agricultor. No sé si seremos capaces de conseguirlo, pero estoy continuamente en reuniones para paliar este gran palo que va a sufrir el agricultor, que siempre es el pagano cuando, sin él, no habría nada, ni caquis, ni naranjas, ni nada.

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