Càrcer ya ha puesto en funcionamiento su sistema de registro de los excrementos callejeros para establecer las primeras sanciones a los propietarios de los perros. La Policía Local ya ha recibido la formación necesaria. El registro del ADN ha permitido contar con la base de datos que puede identificar ahora la autoría de las deposiciones que, con demasiada asiduidad, se propagan por las calles. Las sanciones puede llegar hasta los 200 euros. «Ya no podemos consentir más el incivismo de algunos vecinos», alerta el alcalde de Càrcer, Pepe Botella.