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La solución a la calle de Alzira inacabada desde hace más de 20 años se eterniza

El ayuntamiento alega que las obras han de pagarlas los vecinos y que ni siquiera han creado la Agrupación de Interés Urbanístico

La calle Gesmilers, llena de tierra, piedras y baches.

Veintitrés años después de que el Ayuntamiento de Alzira impulsara por gestión indirecta la urbanización de El Respirall; dieciocho años después de que la empresa que se había adjudicado la condición de agente urbanizador abandonara las obras tras una larga polémica -los residentes cuestionaban la calidad de la obra ejecutada y el consistorio se negó a aprobar nuevos modificados del proyecto que la mercantil considerada imprescindibles para continuar los trabajos-; y casi una década después de que el consistorio acordara asumir por gestión directa las obra pendientes, la urbanización de esta área residencial de Alzira continúa inacabada y sin perspectivas de que se puedan retomar a corto plazo.

Así se desprende del informe con el que el gobierno municipal ha contestado el requerimiento del Síndic de Greuges en la tramitación de la queja elevada por los vecinos de la calle Gesmilers que, como ya avanzó Levante-EMV, solicitaron el amparo del defensor del pueblo valenciano al considerar «humillante» que transcurridos más de veinte años desde que se les expropiaran terrenos para abrir la calle y abonaran las cuotas de urbanización correspondientes, el vial de acceso a sus parcelas continúa inacabado. Se instaló el alcantarillado y el alumbrado público y se puso una primera capa de zahorra compactada que ha sufrido la erosión de los años, ya que nunca se llegó a asfaltar la calzada. Lo que debía ser una calle urbanizada como cualquier otra del núcleo urbano es, todavía hoy, un camino de piedras y tierra «lleno de baches y agujeros» que complica hasta el extremo el acceso a las viviendas en caso de lluvia.

La respuesta que el ayuntamiento ha hecho llegar al Síndic de Greuges expone que, a fecha de hoy, «dadas las continúas crisis económicas que se han venido sucediendo y teniendo en cuenta que, en su día, no se pudo cobrar a muchos vecinos las obras ejecutadas por el urbanizador -ni siquiera por vía ejecutiva-, este ayuntamiento no tiene capacidad económica suficiente para ejecutar las obras, ya que no podría soportar el coste de las obras que obligatoriamente tienen que sufragar los propietarios».

Por otra parte, el consistorio expone que ha mantenido «continuas reuniones con representantes de los vecinos de El Respirall, informándoles de que podrían constituirse en Agrupación de Interés Urbanístico al objeto de realizar ellos las obras de urbanización, sin haber obtenido respuesta favorable alguna».

No obstante, los vecinos de la calle Gesmilers, que se disponen a presentar alegaciones para rebatir este informe ante el Síndic de Greuges, aseguran que, al menos en su caso, nunca han recibido la propuesta de constituir una Agrupación de Interés Urbanístico para concluir las obras.

El informe municipal remitido al Síndic de Greuges también revela que si bien en el pleno celebrado el 16 de diciembre de 2010 el ayuntamiento acordó asumir la gestión directa de la urbanización y someter a información pública el programa modificado, tras la fase de exposición pública nunca se llegó a formalizar la aprobación definitiva del programa.

Las obras de urbanización de El Respirall estuvieron envueltas en polémica prácticamente desde la selección del agente de urbanizador en mayo de 1997. Los vecinos cuestionaban la calidad de la obra que se iba ejecutando y acabaron por negarse a pagar las certificaciones que giraba el ayuntamiento. Por su parte, el consistorio dejó de aprobar modificaciones del proyecto que planteaba la empresa y que consideraba imprescindibles para finalizar los trabajos. La constructora abandonó los trabajos en el año 2002 y el consistorio optó seis años después por resolver el contrato, un litigio que pasó por los tribunales, El acuerdo de ejecutar por gestión directa el programa no se ha materializado, pese a las gestiones y esfuerzos del consistorio para completar y aprovechar inversiones ya realizadas en materia de electrificación.

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