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El refugio de animales va a Tavernes al no ceder suelo ningún alcalde en la Ribera

El ayuntamiento vallero ofrece una parcela de 3.000 metros para la construcción del albergue comarcal - El consorcio reúne a los alcaldes y busca ampliar las 34 adhesiones que tenía el proyecto

Refugio de animales gestionado por una protectora en una imagen de archivo.

Ningún municipio de la Ribera ha ofrecido terrenos para ubicar el albergue comarcal de animales, un proyecto que viene madurando desde hace más de dos años el consorcio comarcal como base del futuro servicio mancomunado de recogida y control de mascotas abandonadas, que finalmente se construirá en Tavernes de la Valldigna. El Consorcio de la Ribera, entidad que agrupa a las dos principales mancomunidades, aprobó ayer las condiciones negociadas por el consistorio vallero para acoger este núcleo zoológico -que parten de la cesión de una parcela de algo más de 3.000 metros cuadrados- y ha convocado hoy a los alcaldes de la Ribera para presentar tanto esta alternativa como las nuevas condiciones económicas del futuro servicio. El ente emplazará a los ayuntamientos para que, antes del 30 de noviembre, confirmen mediante un acuerdo plenario su adhesión a este servicio para poder ajustar el estudio económico.

El interés de varios ayuntamientos por cambiar el actual servicio de recogida de animales abandonados por un modelo de gestión pública que apueste decididamente por facilitar las adopciones y evite sacrificios, provocó que, a mediados de la pasada legislatura, las mancomunidades concibieran la construcción de un refugio comarcal y, tras un primer sondeo, 34 de los 47 ayuntamientos manifestaron su voluntad de adherirse al futuro servicio conjunto. El Ayuntamiento de Alzira llegó a ofrecer una parcela de 2.000 metros cuadrados en un polígono industrial ubicado junto a la CV-42 e incluso se realizó un estudio de costes, si bien con posterioridad retiró el ofrecimiento al considerar que se trataba de un espacio muy limitado que, además, presentaba problemas desde el punto de vista urbanístico. Las gestiones en busca de emplazamientos alternativos no han fructificado, mientras que la opción de Tavernes iba ganando enteros.

El presidente del Consorci de la Ribera, Òscar Navarro, defendió ayer que el proyecto del albergue comarcal «no se ha parado en ningún momento», aunque admitió que con las elecciones municipales de 2019 y los cambios que se han producido en algunos ayuntamientos de por medio, ha habido que dar un nuevo impulso, especialmente si se tiene en cuenta que la adhesión conlleva un compromiso de permanencia a largo plazo.

Navarro mostró su confianza en mantener la adhesión no sólo de los 34 ayuntamientos que ya se pronunciaron en este sentido, sino de añadir a la lista alguno más. «Lo lógico sería que algunos que no estaban se sumaran porque todos deben tener presente que con la nueva Ley de Protección de Animales de Compañía el servicio de recogida de animales abandonados va a cambiar completamente y los ayuntamientos tienen que tener claras sus obligaciones».

Una búsqueda con limitaciones

El presidente del consorcio admitió que ningún ayuntamiento de la Ribera ha ofrecido suelo para poder construir este albergue, pero comentó que había muchas limitaciones ya que «hay más de media comarca en la que no se puede hacer por tratarse de suelo inundable, mientras que en la otra media tenías que tener un solar con un uso compatible y no hemos encontrado ninguno hasta que salió la oportunidad de Tavernes», comentó. Los promotores han tratado por todos los medios de evitar un emplazamiento en el que hubiera que tramitar una Declaración de Interés Comunitario (DIC) para obtener la autorización, dado que podría demorar sustancialmente todo el proceso.

El presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta, Txema Peláez, comentó que el servicio que se prestará a los ayuntamientos con la construcción de este albergue comarcal permitirá cumplir las exigencias que se apuntan en el anteproyecto de la Ley de Protección de Animales de Compañía. «Nos adaptamos antes de que nos obliguen y, por una cuota anual, los ayuntamientos van a tener cubierto todo el servicio con unas instalaciones de primer orden, personal propio y con la colaboración de las protectoras», apuntó.

Un albergue de gestión pública que funcionará a partir de 2022

La hoja de ruta que baraja el Consorcio de la Ribera apunta que a principios del año 2022 debería entrar en funcionamiento el albergue comarcal y, con él, el servicio mancomunado de recogida de animales abandonados. «Será un servicio de gestión pública y la idea es que las protectoras colaboren», comentó Òscar Navarro, si bien dejó claro que su participación no será imprescindible. El consorcio emplazará hoy a los alcaldes para que, antes del 30 de noviembre, confirmen la adhesión al servicio, con el compromiso de permanencia durante ocho años, y en función del número de municipios que se integren y la población de los mismos se ajustará el estudio económico. A lo largo del próximo año se tramitarían las autorizaciones necesarias, entre ellas la de núcleo zoológico, y se iniciaría la construcción del albergue, para que pueda estar operativo el año siguiente.

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