«Tengo la suerte de seguir vivo. Cualquiera de los golpes que me pegó con el hacha en la cabeza me podía haber matado». El testimonio corresponde al joven que sufrió una brutal agresión cuando se disponía a repostar en una gasolinera de Massalavés el viernes de la semana pasada. Asegura que no conoce «de nada» a la persona que la emprendió a golpes con él y, si bien señala que gritaba insultos racistas mientras le pegaba -la víctima es de origen marroquí y señala que entre otros improperios le llamó «moro de mierda»-, considera que «le podía haber pasado a cualquiera, fuera árabe o español». El joven se recupera en su domicilio tras haber recibido el alta hospitalaria el lunes, aunque persisten los dolores de cabeza, los mareos y las molestias en la mandíbula, a la espera de una nueva cita con el especialista. «No estoy bien, me cuesta respirar y tengo miedo», confiesa.

La agresión se produjo en la tarde del viernes cuando, al acabar su jornada laboral en una empresa cercana, el joven marroquí se dirigió a una estación de servicio ubicada frente al restaurante El Paraíso para cargar combustible. Según su relato, el bajar de su vehículo para dirigirse a la caja a pagar vio que había un varón en el interior de un coche parado en otra línea de repostaje que, rápidamente, le increpó por haberle mirado al tiempo que le exigió dinero con altas dosis de agresividad.

«Me preguntó por qué le estaba mirando, cuando no era así, y me dijo que necesitaba 250 o 300 euros. Yo le contesté que sólo tenía 20 euros si los quería...». La conversación acabó pronto. Según expuso en la denuncia formalizada en el cuartel de la Guardia Civil de Alberic, el otro individuo bajó del turismo y se dirigió a él con un hacha en la mano -los testimonios recabados por Levante-EMV tras la agresión apuntaban a un martillo- y arremetió contra él propinándole «sin mediar palabra» un primer golpe en la sien con el mango de madera.

Lesiones causadas por la agresión. | LEVANTE-EMV

Inconsciente en el suelo

La víctima asegura que trató de amortiguar los siguientes golpes protegiéndose la cabeza con el brazo hasta que cayó en el suelo inconsciente. Si bien la denuncia señala hacia un agresor que, al parecer, la Guardia Civil ya habría identificado, considera que pudieron participar otras tres personas que se avalanzaron sobre él cuando ya estaba en el suelo, aunque los recuerdos de lo que sucedió a partir de un determinado momento le resultan confusos. «Fue todo muy rápido, pasó todo en menos de un minuto», relata.

El joven despertó varias horas después en el Hospital de la Ribera, donde había sido trasladado en ambulancia. El parte médico redactado por el personal que le atendió da cuenta de múltiples contusiones en el cráneo y la cara, dolores en el cuello y el tórax, así como un edema por hematoma de la órbita derecha hasta el pómulo y el arco cigomático. El parte también relata múltiples focos de contusión en el cuero cabelludo. No presentaba heridas abiertas aunque, según explica, las hemorragias internas en ocasiones se manifiestan a través del sangrado de la nariz.

El joven permeneció ingresado en el hospital todo el fin de semana y recibió el alta el lunes, aunque se encuentra de baja laboral recuperándose de las lesiones sufridas y a la espera de nuevas evaluaciones médicas que, según señaló, valorarán si tiene que pasar por el quirófano. Asegura que escucha de forma permanente un ruido tras uno de los impactos recibidos en el oído.

El ataque sufrido, en cualquier caso, le mantiene alterado y, según relata un pariente, ha habido noches en las que se ha despertado sobresaltado. «Está nervioso, no tiene ganas de comer ni de nada», apunta.

El joven, de 32 años, se asentó en Massalavés hace quince años y asegura no haber tenido nunca problemas. La alcaldesa del municipio, Puri Noguera, señaló al conocer la agresión que se trataba de un chico «muy trabajador y buena persona».