Alzira logrará al fin reducir la contaminación acústica que provoca la variante CV-50. La intervención permitirá mejorar el aislamiento del colegio Alborxí y de la fachada urbana, en la que se incluye un centro de salud, que discurre junto a la circunvalación. El alcalde, Diego Gómez, la regidora de Urbanismo, Sara Garés y representantes de la Conselleria de Obras Públicas visitaron ayer la zona. «Buscamos dar solución mediante paneles antiruido con un tratamiento estético y paisajístico para minimizar el impacto visual, y los problemas de ruido de la ciudadanía que vive alrededor de la carretera», apunta Gómez.

El proyecto contempla la colocación de pavimento fonoabsorbente, la instalación de diferentes pantallas acústicas adaptables a cada tramo y la jardinería. La obra, que empezará a principios de diciembre, tiene un presupuesto de 837.762 euros y una duración aproximada de 6 meses. Será necesario realizar un tratamiento estético de las superficies de las barreras que reduzca el impacto visual. Siempre que haya espacio suficiente entre la pantalla y el arcén de la carretera, se ejecutará una jardinera con plantaciones de arbustos y árboles.