Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Tramusser y una encrucijada de barrancos condenan a Sollana

El episodio de lluvias acompañado de granizo inutilizó los sistemas de defensa construidos en décadas anteriores para prevenir riadas - "Se juntaron todos los problemas posibles", dice el alcalde

Elevada acumulación de agua en el término municipal de Sollana. | LEVANTE-EMV

El Xúquer siempre ha sido una amenaza por su capacidad potencial de inundar numerosos pueblos, pero en los últimos episodios de lluvias los barrancos son los que más problemas han generado en la comarca. Como ya informó ayer Levante-EMV, uno de éstos es el Tramusser, culpable en parte de la situación vivida en Benifaió y también de la ocurrida en Sollana.

Aunque no es el único factor que lo explica. Tal y como apuntó el alcalde de la localidad, Vicente Codoñer, hay un componente geográfico que siempre ha supuesto un problema para Sollana: «Su nombre ya lo dice, somos un pueblo muy plano y nos encontramos en la zona baja de la cuenca, somos la desembocadura de muchos de los barrancos antes de llegar a l’Albufera». Esa confluencia es solo parte del problema.

Los episodios repetidos de la década de los ochenta se tradujeron en inversiones para dotar a Sollana de infraestructuras que paliasen, en la medida de lo posible, los efectos dañinos de los temporales y las avenidas. Un hecho que contribuyó a que las consecuencias del temporal de la pasada semana tuviesen un impacto menor, y aún así fueron importantes.

La otra parte del problema es que todos estos sistemas se vieron desbordados. «La lluvia llegó acompañada de granizo y eso lo fastidió todo. La piedra se coló en el sistema de saneamiento y lo bloqueó, por lo que no se podía desaguar todo lo que caía», argumentó el alcalde, que prosiguió: «También es verdad que ha llovido mucho en toda la comarca, se ha juntado todo. Quizás, si las lluvias se hubiesen producido solo aquí o solo en las partes altas de los cauces, lo habríamos soportado con una incidencia muy reducida, pero no fue así».

Uno de esos barrancos históricamente problemáticos es el Tramusser. «En la zona de Almussafes y Benifaió están más protegidos que nosotros contra sus crecidas. Allí se realizaron obras y está encauzado, discurre por hormigón. Cuando llega a nuestro pueblo se encuentra un cauce de tierra que es, aproximadamente, el doble de grande. El agua coge una velocidad estrepitosa», comenta al respecto Codoñer.

El resultado es el ya sabido por todos. La zona más baja del pueblo sufrió los efectos de las inundaciones pero los problemas no se redujeron solo a eso, ya que el bloqueo del sistema de saneamiento se tradujo en el afloramiento del granizo por baños y sumideros incluso situados en segundas plantas.

Más de medio metro

Si las protecciones actuales se han mostrado insuficientes, es el momento de generar nuevas defensas. Codoñer apostó por destinar nuevas inversiones para dotar al municipio de una mayor protección. «Tenemos que regular zonas inundables, tapar algunos pasos de agua y alguna cosa más, en base a un estudio que pensamos realizar. A partir de ahí, intentaremos recabar ayuda de las administraciones superiores. Si no lo logramos, tendremos que hacer algo por nuestra cuenta porque es algo prioritario porque es el momento de estar más protegidos, los expertos apuntan que estos episodios serán cada vez más frecuentes», señaló la máxima autoridad municipal.

Uno de los puntos conflictivos en los que se considera necesaria una actuación es en el polígono industrial situado en El Romaní. «Allí tenemos un problema que deriva de Almussafes. Se recoge todo el agua del polígono de Ford a través de un canal muy pequeños que llega a nuestras empresas y cada vez que llueve tienen problemas. Más de una ve cómo sus instalaciones se llenan de agua más de medio metro. Es algo que vamos a tener que solucionar», sentenció el alcalde de Sollana.

Compartir el artículo

stats