La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) alertó ayer de que las restricciones impuestas por las Administraciones a la quema de la paja del arroz y los efectos del temporal de principios de mes han ocasionado un «grave daño ecológico» en la mitad norte del parque natural de l’Albufera, desde Sollana hasta València, al generar aguas negras sin oxígeno que amenazan con provocar una elevada mortandad de peces.

Las últimas lluvias torrenciales han arrastrado a centenares de arrozales y acequias del paraje protegido montones de paja que aún no se habían podido retirar o «fanguear», es decir, mezclar en la tierra para convertirla en materia orgánica. La Conselleria de Agricultura no permitía este año quemar este residuo en la zona norte del parque, puesto que la autorización se alterna anualmente y en 2020 era el turno de la mitad sur, que comprende fundamentalmente los términos de Sueca y Cullera. Desde entonces, la paja arrastrada se está pudriendo lo que ha desencadena el fenómeno de la anoxia, que ennegrece las aguas y las deja sin apenas oxígeno, alerga la entidad agraria.

AVA advierte de las nefastas consecuencias que puede haber tanto desde el punto de vista ambiental, en forma de mortandad de fauna y flora en un espacio de alto valor ecológico, como desde el punto de vista agronómico, ya que si la paja no se retirara en unas semanas los agricultores tendrían serios problemas para sembrar la próxima temporada y para prevenir la incidencia de plagas y enfermedades que afectan al cultivo del arroz.

El responsable de la sectorial del arroz de AVA-Asaja, Miguel Minguet, explicó que «no es la primera vez que las limitaciones a la quema de la paja causan este desastre medioambiental, pero queremos que sea la última, y para ello hay que aprender de los errores. Estamos de acuerdo en que la retirada y la revalorización debe ser la prioridad a la hora de gestionar este residuo, pero todo aquel que no pueda ser retirado por falta de tecnología debería ser incinerado, siempre de una manera controlada para evitar molestias a la sociedad, porque a día de hoy es la mejor solución agrícola y medioambiental».