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Benifaió, la zona cero de la grave inundación, empieza a salir a flote

La ciudad recupera, tres semanas después, el pulso, aunque los afectados no recobrarán la normalidad hasta que reciban las ayudas oficiales - Las pérdidas van a ser muy cuantiosas

Enseres de los domicilios afectados por la agua arrojados en la calle tras la inundación. | FERNANDO BUSTAMANTE

Benifaió recupera el pulso, tres semanas después, aunque la normalidad no volverá a imponerse hasta que los afectados reciban las compensaciones por los daños provocados por un temporal de lluvia que anegó parte del casco urbano y grandes superficies agrícolas. Las pérdidas van a ser muy cuantiosas, según reconoce la alcaldesa, Marta Trenzano, aunque la evaluación definitiva no podrá conocerse hasta que el Consorcio de Compensación de Seguros dé cuenta de las pérdidas ocasionadas en los bienes privados, que también van a ser elevadas dado que el desbordamiento del Barranc del Tramusser y el efecto de dique provocado por la vía férrea desvió a la población una avalancha de agua que elevó la cota de inundación en la calle Mistral hasta el metro de altura.

La torrencialidad de la lluvia que se desplomó sobre el municipio tanto por la noche como a primera hora de la tarde del 5 y 6 de noviembre fue histórica. Los registros superaron los 416 litros por metro cuadrado, una cantidad insólita que impidió que tanto el alcantarillado como la tupida red rural de barrancos, acequias y brazales pudiera asumir ese caudal, que sorprendió al vecindario, habituado a que la canalización del Tramusser le privara de las recurrentes inundaciones que acontecen en la comarca.

Los desperfectos ocasionados en el término rural fueron muy importantes. El ayuntamiento tuvo que habilitar maquinaria pesada para desatascar los caminos del término para facilitar el tránsito, puesto que el intenso temporal se registró en plena campaña de recolección de la naranja y el caqui. Que los caminos agrícolas estén expeditos resulta imprescindible para una población que todavía mantiene una gran dependencia del campo.

Las calles ofrecen hoy un aspoecto que nada tiene que ver con el que legó la inundación. Las brigadas de limpieza han actuado durante las últimas semanas, primero para retirar las toneladas de residuos, muebles y electrodomésticos que se arrojaron a la calle en las calles más afectadas, las de Mistral y Els Furs, donde también quedaron atrapados 25 vehículos que se balancearon a merced de la corriente cuando el caudal del barranco que rebotaba en la plataforma ferroviaria redirigía el agua hacia la zona norte del núcleo urbano.

Las calles ofrecen hoy un aspecto muy distinto al de hace tres semanas. Las huellas del barro sedimentado en vías urbanas y viviendas aún son perceptibles, al igual que todavía quedan por rehabilitar algunas aceras y otras infraestructruras públicas, dado que su reparación queda a expensas de las ayudas prometidas por el Consell a los ayuntamientos afectados y de la decisión que adopte el Consejo de Ministros sobre la declaración de zona catastrófica solicitada por muchos ayuntamientos de la Ribera.

La alcaldesa reclama soluciones al dique de las vías que agravó los daños

Hoy se esperan más lluvias. Los servicios municipales de Benifaió han limpiado los imbornales y desbrozado los barrancos para evitar que dificulten el desagüe. Pero no es esta la protección más importante que reclama Benifaió para evitar el perjuicio que causa el exceso de lluvia. Consciente de la influencia que ha tenido la plataforma ferroviaria en la inundación registrada a principios de mes, el ayuntamiento exige ahora soluciones para que el talud sobre el que se asientan las vías no vuelva a contener las aguas para desviarlas hacia el pueblo. La alcaldesa ya ha entablado conversaciones con diversos responsables del Consell. Y el consistorio formalizará la petición en el próximo pleno municipal.

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