La Mancomunitat de la Ribera Alta estudia implantar un servicio de control de vertidos para facilitar que los ayuntamientos realicen un seguimiento de las aguas residuales de las empresas y, en última instancia, evitar la contaminación de los ríos. La preocupación mostrada por algunos ayuntamientos por los vertidos incontrolados detectados tiempo atrás en el barranco de Barxeta, que acaban en el Xúquer, y por aquellos que se vierten a las redes de alcantarillado aunque sin respetar los parámetros permitidos y comprometen el funcionamiento de las depuradoras, abrió el debate en el seno de la Mancomunitat sobre la implantación este servicio de control que sí se ejerce en ciudades o municipios de mayor tamaño y que puede resultar más complicado realizar en pueblos pequeños.

«Es una idea que está ahí y que tenemos que acabar de madurar. La finalidad no sería sancionador, sino realizar un trabajo didáctico para que todos los vertidos que se realicen estén en condiciones y efectuar un control en aras a una mejor calidad de las aguas», comentó ayer el presidente de la Mancomunitat de la Ribera Alta, Txema Peláez.

La ordenanza de vertidos de municipios como Alzira obliga a las empresas a disponer de una arqueta exterior que permite que, en cualquier momento, las autoridades tomen una muestra de los vertidos que está realizando para analizar la calidad de las aguas.

El concejal de Medio Ambiente en Alzira, Pep Carreres, comentó que en los pueblos pequeños ese control «no ha existido» por lo que, indicó, se planteó a la Mancomunitat la creación de este servicio «lo más pronto posible» para que todos puedan realizar los oportunos controles y se eviten vertidos contaminantes, ya sea al barranco de Barxeta o al cauce del Xúquer.

El presidente de la Mancomunitat señaló que, a falta estudio oportuno y de establecer los costes, el servicio industrial de la Mancomunitat podría asumir un trabajo que algunos ayuntamientos no pueden hacer por falta de medios o que implica un desgaste para las autoridades locales al enfrentarse a las pocas empresas que puede haber en sus respectivos pueblos. De este modo, dijo, un tercero, en este caso la Mancomunitat, sería la encargada de realizar este control de vertidos en los polígonos. «Todavía habrá que determinar qué municipios con polígono tienen problemas de vertidos, aquellos que sí disponen de servicio propio..., se trata de una idea que está ahí y que vamos a trasladar a los ayuntamientos para mejorar la calidad de aguas y vertidos», comentó Peláez.

Una denuncia disuasoria en el Barranc de Barxeta

La Fiscalía Provincial ha incoado diligencias de investigación penal por la contaminación del Barranc de Barxeta con vertidos supuestamente de caràcer industrial tras la denuncia presentada por la plataforma Xúquer Viu en septiembre. El colectivo ecologista considera que la denuncia ha tenido al menos un efecto disuasorio ya que, al darse a conocer, este tipo de vertidos parecen hacer cesado. Según relatan, los agentes fluviales de la CHJ que investigaban ese foco de contaminación no encontraron esas aguas turbias que llegaban a cambiar el color del caudal del Xúquer cuando, apuntan, antes de hacerse pública la denuncia era algo habitual. «No es que nosotros lo viéramos solo un día», inciden.