Un centenar exacto. Es la cifra de víctimas mortales ocasionadas por la Covid-19 en la comarca de La Ribera desde que empezó la pandemia tras sumarse ayer ocho fallecidos más a la estadística oficial facilitada por la Conselleria de Sanitat. Se trata, además, de la actualización que ha repercutido en un mayor número de defunciones desde marzo.

Es cierto que la Covid-19 es una enfermedad que la gran mayoría de la población supera sin apuros o con síntomas de leves a moderados. Pero también lo es que en algunos casos, especialmente en personas de mayor edad y/o con otros problemas de salud, puede generar complicaciones e, incluso, la muerte. En la Ribera se ha detectado la presencia del coronavirus en más de 7.000 personas desde el inicio de la pandemia, cien de las cuales han perdido la vida. Las ocho nuevas defunciones se registraron en Algemesí (3), Carlet (2), Alginet, Polinyà y Castelló.

Los efectos de la mortalidad del virus se notan varias semanas después de detectarse los casos. Cuando se produce un repunte contagios, la estadística es la primera en revelar esta situación tras conocerse los resultados de las pruebas. A los pocos días, llegan los ingresos hospitalarios de aquellas personas con sintomatología más grave, cuya estancia suele ser más elevada que en otras enfermedades. Y cuando los datos muestran que los casos activos caen, todavía se pueden producir fallecimientos relacionados con ese crecimiento inicial.

Ahora, la tendencia vuelve a ser al alza, como ocurrió hace dos meses, con las reuniones sociales de más personas de las permitidas como uno de los principales motivos y en el puente de diciembre amenazando con superar nuevos récords. Los datos oficiales contabilizaban 800 casos activos en la comarca, más de un centenar que los que ofrecía la estadística a inicios de semana. Algemesí, con 143 positivos en catorce días lidera la estadística. La localidad ha sumado 58 contagios más de los que tenía entonces. Alrededor de cincuenta ha sumado Benifaió, el segundo municipio con un mayor crecimiento en los últimos días. En ambos casos, se superan los 500 casos por cada 100.000, barrera considerada por las autoridades como alarmante ya que suele implicar que se ha perdido el rastro de los contagios y existe transmisión comunitaria.

«No bajar la guardia»

Por su parte, el Ayuntamiento de Sueca cerró ayer la ventanilla de atención al público porque dos empleados se deben someter a pruebas PCR ante sospechas cercanas de Covid. No obstante, se trata de una medida preventiva siguiendo los protocolos sanitarios. De hecho, el resto de la plantilla municipal continuó desarrollando su actividad con completa normalidad.

En el caso del consistorio de Carlet, ayer anunció que ponía fin a las medidas restrictivas de ámbito municipal al estar por debajo de los niveles de incidencia de coronavirus, que llegaron a duplicar los actuales. Con todo, los 48 casos activos distan de ser el mejor de los escenarios, por lo que la alcaldesa, Maria Josep Ortega, reclamó «no bajar la guardia» ante las inminentes fiestas navideñas.