La Ribera alcanzó ayer su récord de contagios de coronavirus desde marzo. Según los datos del departamento de salud comarcal, 25 de sus 28 municipios superan ya la barrera de los 500 casos por cada 100.000 habitantes, una tasa de riesgo de máximo nivel que evidencia la existencia de transmisión comunitaria. Dicho de otra forma, la cadena de transmisión se rompe y resulta muy complicado seguir el rastro de los positivos que se detectan.
Los expertos sanitarios ya lo advertían: los días posteriores a las fiestas serían de los más complicados. Y la predicción se cumple, aunque era un vaticinio con alta probabilidad de convertirse en realidad. Durante el puente de octubre ya se demostró que en un periodo en el que se incrementan las reuniones sociales los contagios se disparan. Los positivos crecieron también tras el puente de diciembre y la tendencia al alza se mantuvo durante las fiestas navideñas.
Ahora se alcanza el récord de casos activos a nivel comarcal desde el inicio de la pandemia con la gran mayoría de municipios del Departamento de Salud de la Ribera con cifras preocupantes. De hecho, solo tres están por debajo de la barrera de 500 casos por cada 100.000 habitantes y tan solo uno por debajo de 250, considerado ya como de riesgo alto de contagios. De hecho, algunos ayuntamientos compartieron los datos facilitados ayer por Salud Pública durante la reunión semanal en la que se sigue la evolución sanitaria de la Ribera. Alzira ha duplicado la incidencia acumulada en una semana al pasar de 330 casos por cada 100.000 a 816, con los 373 positivos registrados en catorce días, con 128 en tan solo tres días.
En el caso de L’Alcúdia, la incidencia ha alcanzado los 771 casos por cada 100.000 habitantes al detectarse 94 positivos en catorce días. Cullera, que siempre ha estado en niveles muy bajos, ya contaba con 113 casos activos y una incidencia por encima de 500. Más preocupantes son los datos de incidencia acumulada en poblaciones como Benifaió (702 casos por cada 100.000), Almussafes (804), Alberic (855), Riola (893), Sollana (1.446) o Fortaleny (1.509). No obstante, en el caso de Riola o Fortaleny, los datos son muy volátiles ya que en poblaciones de pocos habitantes la incidencia se dispara con la misma facilidad con la que decrece.
Vacunaciones
No obstante, la previsión es que las cifras, que ahora suponen un récord de contagios, se mantengan al alza. El pico podría alcanzarse la próxima semana, en la que aflorarán los primeros contagios derivados de las comidas, cenas y otros eventos sociales relacionados con las fiestas de Reyes. Las nuevas restricciones y el periodo sin festivos que ahora empiezan, poco a poco, permitirán recuperar cierta normalidad y el ritmo de contagios caerá progresivamente.
Uno de los puntos más conflictivos durante la reunión celebrada ayer entre los ayuntamientos y el área de Salud Pública fue el protagonizado a razón de la campaña de vacunación contra el coronavirus, iniciada la pasada semana en la comarca en las residencias de Alberic y Sollana y que, progresivamente, ha ido extendiendo a los centros de mayores de otras localidades. No obstante, algunos alcaldes reclamaron un ritmo mayor del que se lleva, algo que los expertos sanitarios vieron inviable. En primer lugar, porque la vacuna que en estos momentos se dispone, la de Pfizer, requiere de unas condiciones muy específicas de traslado, conservación y administración. En segundo lugar, porque se busca no agotar de golpe todas las existencias para que la campaña no se deba frenar. Estos inconvenientes se solventarán con la llegada, en los próximos días, de la vacuna de Moderna, que requiere unas condiciones de conservación y administración más sencillas, similares a la de la gripe.
Los alcaldes piden más precaución ante el repunte
Algunos alcaldes de la comarca, como el de Alzira, el de Sueca, el de Cullera o el de L’Alcúdia, reclamaron ayer más precaución a sus vecinos ante el repunte de casos de coronavirus. «La inconsciencia de algunas personas no sólo pone en riesgo severo su salud, sino la de todos los demás», recriminó el munícipe suecano, Dimas Vázquez. El alzireño, por su parte, insistió en la necesidad de cumplir rigurosamente las nuevas restricciones implantadas por el Consell y que entraron ayer en vigor. Andreu Salom, por su parte, lamentó que la policía haya tramitado veinte multas por violar el toque de queda: «Puede ser que todavía no sepamos muy bien que hacer, pero sí sabemos las que no debemos hacer». Por último, Jordi Mayor apeló al sentido común y la responsabilidad, «solo necesitamos eso para salvar vidas», arguyó.
