La bodega La Baronía de Turís cumplió su centenario en marzo de 2020 pero la irrupción de la pandemia de la Covid-19 frustró cualquier intento de celebrarlo por todo lo alto. Había motivos para brindar por la progresión alcanzada durante la última década, aunque la alarma sanitaria impuso restricciones tanto en las relaciones sociales como en las cuentas de resultados . La ausencia de actos de aniversario ha tenido que compensarse con el extraordinario éxito de la mayoría de sus caldos embotellados, que acumulan premios y reconocimientos en los más prestigiosos certámenes internacionales.

El año 2020 no estaba para fiestas pero la cooperativa ha logrado mantener su proyección internacional pese a los recortes de ventas provocados por el parón económico asociado a las cuarentenas y los confinamientos. Los vinos de la Ribera ya llegan a los cinco continentes. Aunque el calvario sufrido por la hostelería ha menguado los ingresos, cada vez más clientes en todo el mundo saben apreciar la excelente relación calidad-precio de La Baronía.

«Todos los socios y trabajadores estamos muy orgullosos de la evolución que ha tenido la cooperativa, de la calidad que han alcanzado nuestros vinos, pero la complacencia no da de comer. Ha sido un año muy complicado», concede la directora general de la bodega, Ana Calvet. Las ventas a las grandes superficies se han mantenido en parámetros aceptables, pero el desplome sufrido por la hostelería ha recortado mucho las transacciones comerciales en ese sector tanto en el mercado nacional como en el internacional, al que los turisanos destinan casi la mitad de su producción en botella.

El negocio ha mejorado en las ventas a las tiendas especializadas y, sobre todo, en la plataforma online, señal inequívoca de que los vinos monovarietales Henri Marc, los tintos en barrica Luna de Mar y los reservas Barón de Turís comienzan a cotizar entre los amantes de la enología.

La cooperativa nació en 1920, cuando setenta agricultores de Turís unificaron su producción para hacer rentable la cosecha. Hace cien años, las 51 hectáreas de viñedo que aportaron los fundadores permitieron comercializar 200.000 kilos de uva. Hoy son más de 700 los asociados y la superficie de cultivo ha crecido hasta las 700 hectáreas y la producción anual ronda los 5 millones de botellas. La bodega trabaja tanto con variedades autóctonas (Tempranillo, Garnacha, Tintorera, Malvasía y Moscatel) como foráneas (Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon y Sémillon Blanc).

La creación de un equipo propio de enólogos y la elevada solidez de los últimos cuadros directivos ha cimentado el impulso y la modernización de la cooperativa. La aparición de nuevas referencias ya es una constante y la conexión con el segmento más joven del mercado se ha afianzado. El clásico «Barón de Turís» ha evolucionado, sus famosas mistelas se han consolidado y se ha apostado por vinos elegantes y premiados, como los Henri Marc, y otras especialidades como el vino de misa, los vermuts y las sangrías.

«Trabajamos para robustecer todavía más la cooperativa con el objetivo de ganarse el favor del público otros cien años», aventura Clavet, que tiene en cartera el lanzamiento de nuevos productos para adaptarse a los gustos de los consumidores del nuevo siglo.

El mercado exterior aprecia las virtudes de maridaje de la mistela

La mistela situó muy pronto a La Baronía de Turís en el mapa de las grandes referencias gastronómicas valencianas. Hoy sigue siendo uno de sus emblemas, pero tanto dentro del territorio autonómico como lejos de nuestras fronteras. Se exporta a medio mundo y en el extranjero comienzan a apreciarse sus excelentes usos para maridajes que trascienden el valor que los consumidores autóctonos le hemos dado para acompañar los postres. Clientes de Canadá o Japón ya lo usan hoy para reforzar el sabor del ‘foie’ o de una buena macedonia de frutas.

La búsqueda de nuevos mercados y cuotas de negocio ha llevado a la cooperativa de Turís a modernizar todas sus estructuras y a diversificar su oferta. A lo largo de los próximos meses, cuando se supere la parálisis provocada por la Covid-19, aparecerán nuevas referencias. Todo está a punto.

Y junto a las novedades que se ultiman también se han renovado otras de sus marcas clásicas, que muestran una nueva imagen al actualizarse su presentación. «Hemos diseñado una nueva etiqueta que recoge el espíritu centenario y rejuvenecido de la bodega. Es toda una declaración de intenciones. Ahora el Barón de Turís tiene cara, un rostro rejuvenecido que anima a un público más joven a conectar con la bodega», aclara Ana Calvet.

El primer centenario ha dado vida a la bodega turisana. Brotan las ideas, se solidifica la confianza y se multiplica la ilusión por explorar nuevos mundos que fortalezcan sus viejas raíces.

El éxito del vermut compensa un 2020 muy complicado

El lanzamiento del vermut «13:30» ha sido «un exitazo», admite la directora general. Es una de las grandes novedades que ha preparado la bodega y ha conquistado los paladares más exigentes: los del público y la crítica especializada. En 2019 ya obtuvo la medalla de oro en Catavinum. Y en 2020 suma dos de plata en el Internacional Wine Challenge y en Baccus, además de ser declarado el mejor vermut de Valencia.