La incertidumbre sobre la posibilidad de celebrar festejos de las Fallas de 2021 aunque sea fuera del calendario habitual, ya que la evolución de la pandemia socava cualquier esperanza de hacerlo en marzo, se mantiene a la espera de la reunión que esta tarde mantendrá la mesa de seguimiento en la que participan las consellerias de Sanitat y Cultura, que se presume decisiva. La eclosión del coronavirus ya impidió disfrutar de las Fallas de 2020 y, por lo que a Alzira respecta, las comisiones optaron al abrir el nuevo ejercicio por ajustar las cuotas con descuentos de hasta el 88 % para evitar bajas -l’Alquenència aplicó la reducción más agresiva- mientras que otras, con el paso de los meses, han decidido paralizar el cobro de mensualidades al dilatarse las expectativas de retomar la actividad. También hay casos en que se ha acordado devolver el dinero adelantado por los falleros y afrontar los gastos de mantenimiento del casal con los fondos que no se llegaron a gastar el año pasado, a la espera de acontecimientos.

Este fue el acuerdo adoptado por la comisión de Sants Patrons, una de las más numerosas de la ciudad, en la única reunión que pudo celebrar cuando la pandemia ofreció una tregua el pasado otoño.

La directiva que preside Javier García Ureña ya había aplicado un descuento del 62 % en las cuotas. «Todos pensábamos que este año sí habría Fallas y calculamos los costes que tendríamos» que, según relata, incluían un adelanto de dinero a los artistas a cuenta de los monumentos del año 2022, ya que las fallas que no ardieron en 2020 permanecen guardadas. Los ingresos por ese 38 % de la cuota complementarían las reservas derivadas de la suspensión de los festejos del año anterior y, durante el verano, la comisión empezó a girar los primeros recibos.

García Ureña explica que, en el caso de la falla Sants Patrons, apenas se han producido bajas, si bien debido a la incertidumbre generada por la pandemia había falleros que, sin voluntad de desvincularse de la comisión, se resistían a pagar ante la ausencia de actividad. El hecho de que no todos los falleros tienen la cuota domiciliada también generaba un agravio entre aquellos que han pagado y los que no mientras que, según explica, había además quien para empezar a abonar la cuota reclamaba que se presentaran las cuentas del año pasado, aunque la pandemia había impedido presentar el balance económico en una asamblea.

Acuerdo de la asamblea

La falla pudo finalmente en octubre celebrar una reunión tras recabar la autorización municipal, aplicando todas las medidas de seguridad. En la junta se barajaron dos alternativas: realizar un cargo simbólico por fallero o afrontar este ejercicio tan atípico sin cobrar cuotas y costear los gastos básicos con los fondos existentes. En la votación se impuso esta segunda propuesta y la comisión ha ofrecido a los falleros devolver los 75 euros que se les había cargado.

«Entre un 40 o 50 % de los falleros que habían pagado han pedido la devolución, pero mucha gente ha dejado el dinero a cuenta», explica el presidente, mientras señala que si finalmente se celebraran las Fallas de 2021 se debería recaudar ese 38 % de las cuotas o buscar otras alternativas para afrontar los gastos. «Tenemos suficiente para aguantar el año y llegado el momento se verá, pero tal como está la situación no sabemos ni cuándo se celebrarán las Fallas ni cómo», señala García.