Ayer sábado se daba por finalizada la temporada de aves acuáticas en el parque natural de l’Albufera con la celebración de la ultima de las tiradas. Una campaña que los cazadores recordarán como la más atípica de cuantas se recuerdan, ya que los límites del toque de queda han retrasado las horas en que los cazadores tradicionalmente accedían a los puestos de caza. El tiempo tampoco ha acompañado mucho, ya que la ausencia de frío en las primeras tiradas impidió que las aves permanecieran en los diferentes acotados. Pero no ha ido mal.

Según el presidente de los cazadores de Sueca, José Badía, la temporada «se puede considerar buena después de los precedentes de años anteriores y los malos augurios que teníamos puestos en esta. Ha habido semanas en que la caza ha sido buena, otras que ha sido regular y solo una que se debería de considerar mala».

Badía sostiene que lo peor de esta campaña ha sido el toque de queda, que ha impedido cazar más allá de las 22 horas y hasta las 6 de la mañana, algo que ha afectado de forma directa a los amantes de esta actividad cinegética.

En Cullera otro tanto. Según un veterano cazador del acotado cullerense, «la temporada no ha sido todo lo buena que se esperaba, ya que que las piezas cobradas se han visto reducidas notablemente incluso con respecto a temporadas anteriores, que ya habían sido bastante malas»

José Luis Ribera, concejal y presidente de la Junta de tiradas de Sueca, destaca que «dentro de lo atípica que ha sido la temporada se han realizado todas las actividades previstas en tiempo y forma desde la suelta de aguas hasta la última de las tiradas cumpliéndose los plazos al minuto». En Sueca no ha habido quejas, «exceptuando algunas muy puntuales, como sucede cada año». En cuanto al resultado cinegético, el propio concejal apunta que «las tres primeras tiradas fueron aceptables, siendo seguidas por otras tres más flojas, y una de ellas muy mala. La caza no ha vuelto al acotado debido a la falta de frío en líneas generales».

A pesar de ser una temporada marcada por la Covid-19, hay que resaltar que no se ha registrado ninguna incidencia respecto a la pandemia. Los cazadores han cumplido con todas las medidas sanitarias recomendada por las autoridades sanitarias.

Cullera cierra las casetas

Y en relación a la semana de cábilas, que había generado mucha incertidumbre debido al incremento de contagios del coronavirus durante las últimas semanas, ayer sábado se celebró la última de las ocho tiradas y, como es tradición, a partir de hoy, domingo, comenzaría la llamada Setmana de Càbiles, aunque este año va a tener un formato bastante diferente en Cullera, cuyo ayuntamiento decidió esta misma semana en la Junta de Gobierno Local suspenderlas como medida de prevención contra la Covid-19. La razón esgrimida por las autoridades locales es la necesidad de preservar la salud de la ciudadanía al dispararse el número de afectados tanto en la comarca como en la Comunitat Valenciana. Y también en Cullera, que registra ahora la tasa más alta desde el inicio de la pandemia.

No obstante, el concejal delegado de Caza, Salvador Tortajada, insite en matizar que no se suspende la caza, sino que no se podrá pernoctar y está prohibida cualquier actividad de ocio y permanecer en las casetas municipales habilitadas para esta actividad. La caza se hará de acuerdo con la normativa vigente autonómica y las medidas de prevención correspondientes.

Se trata de seis casetas de propiedad municipal que el ayuntamiento cede al colectivo de cazadores para la celebración de las cábilas y que se mantendrán cerradas durante toda la semana.

Además, por lo que se refiere a las casetas de propiedad privada destinadas a albergar a los cazadores, el edil Tortajadaprecisa que «tanto la Policía Local como la Guardia Civil velarán por el cumplimiento de las medidas sanitarias en todas ellas».

«Vivimos una situación pandémica delicada. Igual que se hizo con las Fallas, las Fiestas Mayores y otros acontecimientos que hemos suspendido por prevención, esta también es una tradición que por su idiosincrasia involucra actividades de ocio difíciles de controlar», argumenta el concejal.