La pandemia le ha dado otro significado a la cuesta de enero. Un mes después de la celebración de la Navidad, la curva de contagios de coronavirus sigue al alza. Las primeras previsiones, que situaban su estabilización a finales de este mes como pronto, se convierten en realidad. Las nuevas restricciones deberían revertir pronto el escenario actual.

La situación sanitaria en la comarca todavía no mejora. Quien no ha pasado la Covid, conoce a alguien cercano que se ha contagiado o que debe realizarse una prueba PCR. Es una sensación generalizada que refleja el nivel de expansión del virus tras las fiestas. Si bien es cierto que la curva de casos de coronavirus ya se encontraba al alza desde principios de diciembre, esta se ha vuelto cada vez más vertical después de la época navideña. Y todavía parece lejano el momento en el que se doblegue por completo.

Algunos ayuntamientos de la Ribera dieron a conocer ayer los datos más recientes de contagios y en ellos no se aprecia una mejoría palpable. Como mucho, un incremento algo ralentizado. Para algunos es un síntoma de que se va a llegar pronto al pico y, por ende, se revertirá muy pronto la tendencia. Para otros, el indicativo de que el sistema sanitario no da abasto y no se pueden realizar todas las PCR que se derivan de los casos ya positivos.

Alberic marcó un nuevo récord de casos activos (aquellos diagnosticados en los catorce días anteriores) al situarse en 218. Antes de Navidad ni siquiera alcanzaba la treintena. Su incidencia acumulada se disparaba hasta los 2.056 casos por cada 100.000 habitantes. También superó todos sus registros Cullera, donde se contabilizan 488 casos en dos semanas, lo que supone una índice de 2.247 por 100.000 habitantes. En su caso, por ejemplo, éste era de algo más de 300 a principios de enero.

Por encima de 2.000

No menos preocupante es el escenario de Guadassuar. Pese a que se vio afectada por un cierre perimetral, a día de ayer se notificó al consistorio de la existencia de 135 positivos acumulados en catorce días (2.246 sobre una población de 100.000 vecinos). La incidencia también se mantiene disparada en Fortaleny, concretamente por encima de los cuatro mil al detectarse 42 casos de Covid-19 en los catorce días anteriores. También superan la barrera de los dos millares Favara (2.113), Riola (2.511) o Catadau (2.127).

Los mejores datos son, por paradójico que parezca, también preocupantes, ya que multiplican por seis el índice de riesgo máximo. Es lo que ocurre en municipios como Llaurí, donde la incidencia se sitúa en 1.266. La cifra es algo mayor en Benicull (1.622) o Montroi (1.600).