Las heridas que dejará la pandemia del coronavirus tanto en el tejido productivo como en la estabilidad emocional de muchos vecinos también serán inolvidables. Los ayuntamientos han tenido que desviar muchos recursos para atender ese drama social, que fue muy significativo durante el confinamiento decretado desde marzo a junio de 2019 y que amenaza con recrudecerse ante la severidad de la tercera ola que se sufre ahora tanto en los hospitales como en muchas casas de Alzira. Ante ese escenario, el gobierno municipal alzireño prepara ya un segundo plan de emergencia social para atender a los colectivos más vulnerables.

El departamento municipal de Servicios Sociales desarrollará más de una quincena de medidas para afrontar los efectos de la crisis provocada por la Covid-19, «que ha sacudido fuertemente el normal funcionamiento de la sociedad en su conjunto», según admite el gobierno local, que también ha constatado que las condiciones personales y familiares de la población «han sido seriamente afectadas y son dramáticas».

La concejala de Servicios Sociales, Marina Mir, ha valorado muy positivamente la «eficacia y eficiencia» del primer plan de acción desarrollado por el ayuntamiento durante los primeros meses de la pandemia. «Por esa razón, con el presupuesto municipal de 2021 vigente, estamos trabajando en una serie de medidas sociales para articular y reforzar la atencion y proteccion a los segmentos de población más vulnerables de la ciudad», precisó ayer.

Entre las medidas que se barajan en la segunda edicion del plan figura la convocatoria de subvenciones a la vivienda para hacer frente a problemas de alquiler inesperados y la firma de un acuerdo con las entidades que dedican esfuerzos a la atención de los colectivos más desfavorecidos para garantizar con la distribución de alimentos la asistencia más básica a las familias más empobrecidas.

Igualmente se prestará ayuda a personas confinadas, se potenciará el servicio online de apoyo inmediato, se prestará acompañamiento para la vacunacion, se dará cobertura a familias de alto riesgo, se establecerán medidas de prevencion sanitaria a la población marginal, se distribuirán mascarillas y se ofrecerá apoyo educativo.

El proyecto también contempla la realización de valoraciones de la dependencia en casa para reducir las listas de espera y la creación de una «unidad de acción comunitaria» para atender emergencias sociales. Al mismo tiempo, se creará una unidad de acción comunitaria para atender urgencias sociales y se establecerá un protocolo de detección de personas vulnerables con la colaboración de sanitarios, farmacéuticos y Policía Local.

Se mantendrá el apoyo telefónico para personas mayores que viven solas y se promoverá el control y seguimiento de niños y adolescentes por su especial riesgo y vulnerabilidad, la asistencia y acompañamiento a enfermos mentales graves y apoyo psicosocial a sus familiares. Y se actuará contra la pobreza energética.