Los trabajos de asfaltado de uno de los carriles de la CV-50 a su paso por Alzira pusieron ayer de nuevo a prueba los accesos a la capital de la Ribera Alta y volvieron a evidenciar las carencias en materia de infraestructuras viarias que arrastra a ciudad en forma de continuas rentenciones tanto en el Pont de Ferrero como en el puente de la Ronda Norte, las dos opciones que tenían los conductores para acceder a Alzira por el norte.

La Conselleria de Obras Públicas y Movilidad señalizó el corte de la carretera a la altura del Molí de Borrego y canalizó el tráfico que se dirigía a la ciudad o a Tavernes por la CV-43 o Ronda Norte, lo que evitó situaciones como la vivida el martes, cuando un pequeño accidente obligó a cortar el puente José Pellicer (CV-50) y colapsó por momentos los accesos pese a los intentos de la Policía Local para dar la mayor fluidez posible.

No obstante, a lo largo de la mañana se repitieron largas colas de entrada y salida por el puente amarillo (CV-43), un eje que ya registra a diario retenciones en las horas puntas sin necesidad de este tráfico adicional, y con menor intensidad en el entorno del Pont de Ferro y el Mercado de Abastos.

La Ronda Norte da acceso a tres puntos neurálgicos como el área comercial de Carrefour, el Hospital de la Ribera y el polígono industrial de la Carretera de Albalat. El ayuntamiento ha reivindicaco soluciones como la construcción de un nuevo puente que contribuya a descongestionar esta vía y estudia alternativas menos costosas para evitar todo el tráfico que ahora se concentra en la rotonda de Les Fulles y provoca rentenciones, aunque todavía no se ha materilizado ninguna mejora.

Por otra parte, fuentes de la Policía Local señalaron que la conselleria tiene previsto completar los trabajos de asfaltado de la variante (CV-50) el próximo lunes, en este caso el carril de salida, lo que augura retenciones que puede afectar al tráfico en el interior del casco urbano.