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Los hosteleros de Alzira reclaman ayudas urgentes para evitar cierres

Los profesionales se concentran ante el ayuntamiento para alertar de la situación crítica que vive el sector tras el segundo cierre en un año por el covid y denunciar la falta de subvenciones

Vista general de Alzira.

Los hosteleros alcireños se concentraron ayer frente al ayuntamiento para reclamar a la Administración que arbitre de forma urgente ayudas que eviten el cierre de negocios y consensúe un plan de reactivación para favorecer la recuperación del sector una vez se levanten las restricciones que desde la semana pasada impiden a bares, restaurantes y cafeterías abrir al público.

«La situación es muy grave, es desesperante para muchos hosteleros porque no vemos un punto de luz al final del túnel y hay mucha gente que está a punto de tirar la toalla. No ve el fin de esta agonía y así se hace muy difícil luchar cada día», comentó Toni López (Tasca Camí Vell), portavoz de los hosteleros en la Asociación Empresarial de Alzira. «Llueve sobre mojado. La situación es grave porque hemos enlazado mucho tiempo si poder trabajar con normalidad. Tras el primer cierre pensamos en abrir y continuar, pero no hemos tenido la misma clientela y nunca hemos vuelto a lo que era antes para tomar impulso y seguir», señaló Vicky Sáez, del restaurante El Caramelito.

Cerca de 40 profesionales participaron en la concentración convocada por la Asociación Empresarial 0para alertar de la situación crítica que vive el sector, en la que exhibieron carteles con el lema «Zero ingressos, zero ajudes», que concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se reclama al ayuntamiento que tramite con carácter urgente las ayudas del Plan Resistir. El alcalde, Diego Gómez, recibió a una representación de los hosteleros para escuchar sus reividincaciones.

En la calle, los profesionales alertaban de que la actual situación no se puede mantener por mucho tiempo. «El problema es que no podemos trabajar y encima no tienes ninguna ayuda del Gobierno y eso es letal», comentó Fausto Clemente (Sala Rex), mientras señalaba que las empresas que estaban saneadas y en marzo no necesitaban ayudas, ya han consumido sus ahorros. «De los últimos doce meses apenas hemos podido trabajar tres y en tres meses no puedes facturar lo que te hace falta para hacer rentable tu empresa. Puedes sobrevivir, pero con las pérdidas que estamos teniendo en dos años puede ir todo por el aire. Ya que nos cierra el Gobierno y no nos deja trabajar, por lo menos que nos compense con ayudas. La hostelería valenciana no ha sido un foco de contagio para tener unas medidas tan letales», señaló.

Marcos Pérez, propietario de los restaurantes La Casa de los Duendes, se manifestó en idénticos términos. «Es un problem a muy grave, nos tiran la culpa a nosotros y nos están arruinando. Llevamos desde marzo con restricciones, una detrás de otra, y si siguen así vamos a cerrar todos los restaurantes de Alzira. Estamos aquí por si alguien nos puede ayudar en algo, pero el plan de la Generalitat no es la solución, la solución es que nos dejen abrir y nos dejen trabajar», incidió.

Bernardo Román, propietario del Asador La Ribera, calificó de «desastrosa» la situación. «Ni hemos salvado el verano, ni las Navidades y nos arrastramos solo para poder pagar impuestos, a la Seguridad Social, a los trabajadores. Las ayudas no han servido para nada», señaló, mientras detallaba que ha tenido que reducir a la mitad una plantilla de 20 trabajadores y que ni siquiera en la crisis de 2008 año había pasado una situación así.

Javier Rúa, de la Cafetería Garibaldi, comentó que «con la persiana bajada y sobreviviendo con lo que uno tiene, es complicado» y reclamó un rescate que garantice la viabilidad de los negocios. «No puedemos estar así mucho tiempo. Si esto se alarga tendremos que ver si se puede soportar o hay que tomar otras medidas», indicó.

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