"La naranja está en el suelo y nadie se hace responsable"

«Tengo casi toda la naranja en el suelo, pero nadie en la cooperativa se hace responsable». El testimonio de Rosa Mª Teresí destila impotencia. Esta vecina de Algemesí es socia de la Copal y propietaria de un campo en la Barraca, en el que cultiva ortaniques. Según relata, su marido comunicó el 30 de octubre a la cooperativa que él mismo se recogería este año la fruta y el día en que la entidad abrió la puerta a los socios que optaban por esta fórmula-asegura que el aviso de que podía «collir per a amo» se lo trasladó un miembro de la junta rectora- se presentó a recoger los cajones para la naranja, pero no se los dieron alegando que el coordinador aún no había pasado a ver el campo. Tampoco el día siguiente. Dos días después, un temporal de viento arruinaba buena parte de la cosecha.

Teresí ha elevado una queja a la dirección de la Copal en la que exige una explicación ante lo que considera «una falta de profesionalidad». «Sientes una gran desilusión porque son muchas las horas que dedicas al campo, te gastas dinero en mantenerlo y luego pasan estas cosas cuando han tenido todo el año para ir a ver el campo», lamenta. Según explica, tras su protesta, la cooperativa envió un grupo de «collidors» que pudieron salvar unas 300 arrobas, «pero de las que ya estaban en tierra nadie se hace cargo». Considera que ha perdido alrededor de 800 arrobas. «Con lo que saque este año no pagaremos ni un saco de abono», se lamenta.

El presidente de la Copal, Vicente Bomboi, defendió que se trata de una de las pocas parcelas que ha sufrido esta incidencia grave, que los técnicos atribuyen a un exceso de humedad combinado con una subida de temperaturas. Según su versión, estos socios habían solicitado coger ellos mismos la fruta aunque «al ver que estaba cayendo y no podían hacer frente» pidieron que lo asumiera la cooperativa. «La cooperativa intenta ayudar al socio en lo que puede y el primer día que hubo orden de coger ortaniques fueron a su parcela», defendió. Bomboi dijo comprender como agricultor el enfado y señaló que, formalizada la queja, los técnicos deberán contestar por escrito de por qué esta naranja ha caído y en otros campos no.