La cúpula de Sueca está en mucho peor estado de lo que se pensaba

Las obras de demolición parcial de la cúpula de Nuestra Señora de Sales de Sueca para evitar que un desprendimiento incontrolado cause daños más graves en la iglesia, tras alertar los técnicos del riesgo que representaba una enorme grieta abierta en el revestimiento escamado de cerámica vidriada, han permitido constatar a las primeras de cambio no sólo los problemas estructurales que se intuían sino, además, que un mal diseño puede estar en el origen de las sucesivas reparaciones que se han tenido que realizar en este elemento arquitectónico desde su construcción. «La estructura está fatal», resume el arquitecto suecano Luis Cortés Meseguer, una vez los primeros trabajos dejaron el martes al descubierto la estructura metálica sobre la que se apoya esta bóveda.

«El dilema ahora será decidir si reparamos esta cúpula, que ya presenta un problema inicial de diseño, y con la tecnología actual podemos garantizar que dure cien años más, o hacemos una nueva», reconoció el técnico especializado en patrimonio que coordina junto a José Pardo el equipo multidisciplinar que trabaja en esta intervención. Con todo, Cortés defendió que la primera opción que se contempla es «salvar la estructura actual», aunque mientras se procede al derribo de la zona más dañada se analizarán las alternativas para elegir la mejor opción.

El estudio realizado para acometer esta intervención también ha permitido constatar que, pese a la apariencia, la cúpula no es de planta circular o, al menos, no traza una circunferencia perfecta, lo que Luis Cortés señala como una muestra del nivel de conocimientos del técnico que la proyectó. «El ojo no lo percibe pero en realidad, sin llegar a ser elíptica, es una circunferencia achatada», comentó.

Por otra parte, una de las primeras deficiencias detectadas desde el punto de vista estructural radica en que el entramado metálico de meridianos y paralelos que sustenta esta cubierta presenta como paralelos «unas pletinas demasiado pequeñas para el peso que tienen soportar», explica Cortés, que alerta también de defectos en el anclaje de las capas exteriores.

El proceso de oxidación ha provocado además que esta estructura metálica aumente de volumen y la presión ejercida hacia el exterior generó la grieta radial en el revestimiento de cerámica vidriada, visible desde hace tiempo aunque se agravó tras las lluvias torrenciales que registró Sueca a principios de noviembre. El temor a un desplome de la cúpula provocó que se cerrara al culto el templo de la patrona de Sueca. Los técnicos también han comprobado que los morteros utilizados no son los adecuados ya que o bien son demasiado débiles o, en el caso de las tejas, son excesivamente duros.

La intervención si se decide mantener la actual cúpula pasaría por reforzar la estructura, mejorar el diseño original y aplicar las soluciones constructivas así como los materiales adecuados en un elemento que soporta grandes contrastes térmicos, indicó Cortés.

En busca de soluciones que garanticen otros cien años de vida

El equipo técnico se dispone a realizar un análisis estructural minucioso y buscar las soluciones constructivas adecuadas para valorar si la intervención que se pueda realizar es suficiente para garantizar que la cúpula siga en pie otros cien años, explicó Luis Cortés. La otra hipótesis pasaría por el derribo completo y la construcción de una nueva. Cortés detalló que la cúpula actual data de 1898, pero ya sufrió una gran reparación en 1917 y más recientemente, en los años ochenta y noventa, otras dos.

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