Los amantes de los festivales de música siguen en cuarentena desde hace un año. Las restricciones impuestas por la Covid-19 impiden organizar espectáculos masivos. ¿Qué pasará este año? La evolución de la pandemia abre muchas dudas, aunque la maquinaria del Medusa cullerense sigue engrasada por si una mejoría auspiciada por las vacunaciones abre la puerta a la celebración del mayor festival de música electrónica de España junto a la desembocadura del Xúquer. 

Durante 2020 se tuvieron que cancelar por la emergencia sanitaria todos aquellos conciertos y festivales que estaban programados. El gobierno holandés se está planteando ahora la posibilidad de autorizar el Liquicity Festival para que se celebre del 16 al 18 de julio. Este antecedente abre las expectativas a los organizadores de otros festivales que se celebran en toda Europa, entre ellos el deCullera.

Medusa Festival sigue trabajando a pleno rendimiento con la vista puesta en los marcadores de la situación sanitaria para anticipar los posibles escenarios que se plantean de cara al verano. La edición de 2020 se pospuso por la pandemia de coronavirus y este año no se descarta ninguna opción. Los organizadores ven en los planes de vacunación y la vuelta de los eventos musicales en Europa indicios que pueden suponer el fin de las restricciones provocadas por la Covid-19 y la recuperación del sector 

Durante un año se han definido diversas líneas de actuación con el objetivo de estar preparados ante cualquier escenario. Los promotores del Medusa, presentes en la playa de Cullera desde 2014, anhelan la recuperación del sector de la música en vivo. «Aun conscientes de la situación crítica en la que seguimos inmersos, y tras meses aguardando noticias alentadoras que no llegan», la organización del festival valenciano sigue trabajando ilusionada en su próxima edición y «no descarta que su proyecto vuelva a ser una realidad este año».

La creación de varias vacunas contra la COVID-19, la puesta en marcha de planes para inmunizar a la población o algunos métodos de protección ante contagios que garantizan la seguridad de asistentes a eventos de entretenimiento, entre otros, son factores que hacen concebir esperanzas a los organizadores de los festivales. El fin de la pandemia supondría el salvavidas que promotores, artistas y demás profesionales de la industria del entretenimiento llevan esperando desde que comenzó el estado de alarma.

Según Andreu Piqueras, coordirector del Medusa Festival, «el equipo de producción se encuentra a la espera de recibir indicaciones por parte del gobierno central y está totalmente preparado ante una posible aprobación del desarrollo de ciertas actividades este verano». Piqueras admite que la situación ahora mismo sigue siendo muy delicada, aunque asegura que continúan «trabajando con el mismo entusiasmo de siempre y la esperanza de que pronto mejore este trance».

Caso de poderse llevar a cabo, la próxima edición del Medusa «será mucho más grande, más espectacular que las anteriores por el tiempo que llevamos esperando a que la pandemia termine y el cariño que le tenemos al público de Medusa Festival, por el que creamos cada uno de nuestros festivales con total dedicación… Nos merecemos disfrutar al máximo cada día después de este mal sueño que estamos viviendo». 

El Medusa se toma las noticias sobre la puesta en marcha de algunos festivales en Europa como «una luz en el horizonte».

Contagiados del optimismo que se percibe en Europa

Algunos mercados europeos ya han dado el primer paso para reactivar los eventos masivos de entretenimiento debido a la buena acogida de los «pasaportes de vacunación». Polonia se ha convertido en el último mercado de conciertos al confirmar que emitirá un pasaporte de vacunas, el gobierno holandés ha comunicado que autorizará festivales de música a partir del 1 de julio y, en caso de cancelación, se indemnizará a los organizadores, y Portugal valora la realización de test para entrar a los recintos donde se celebren los eventos. Otros países, como Suiza y Dinamarca, siguen pidiendo a sus ejecutivos que definan una estrategia clara sobre la situación de los festivales veraniegos. Por su parte, Reino Unido, que ya estudia la manera de facilitar las macroreuniones en eventos culturales, dará respuesta a esta cuestión el próximo 22 de febrero.