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ECONOMÍA

Noventa años en tensión continua

La entidad que abastece de energía a la gran mayoría de vecinos ha superado en su historia repetidos intentos de compra o absorción

Operarios de la entidad en una torre eléctrica en una imagen de 2012. cea |

Subestación eléctrica de la cooperativa con el pueblo de Alginet al fondo. cea | CEA

Noventa años en tensión continua | ISMAEL LATORRE

Noventa años en tensión continua | ISMAEL LATORRE

Noventa años en tensión continua | LATORRE

Noventa años en tensión continua | LATORRE

Noventa años en tensión continua | CEA

Noventa años en tensión continua | CEA

Noventa años en tensión continua

Noventa años en tensión continua

La Cooperativa Eléctrica de Alginet se modernizó al mismo tiempo que la sociedad. En 1984 los electricistas sustituyeron el carro de mano por una furgoneta en sus desplazamientos. En 1988 la entidad acometió uno de los proyectos de mayor envergadura consistente en trasladar los contadores de los socios fuera de las viviendas para facilitar la lectura sin molestias, una renovación que se realizó de forma gratuita para los abonados.

La ley del sector eléctrico marca en 2013 un punto de inflexión en la historia de la cooperativa ya que, por un lado, liberalizó el mercado y, por otro, obligó a reordenar la estructura empresarial de la entidad, que constituyó diferentes sociedades para la comercializción, distribución o producción de energía, entre otras.

Las empresas del grupo CEA facturan actualmente ocho millones de euros. Los problemas de abastecimiento son historia, especialmente tras la conexión de la subestación propia a una línea de muy alta tensión. Los vecinos de Alginet se identifican de forma mayoritaria con la cooperativa -más de 6.000 abonados- que, además participa en cuatro proyectos europeos centrados en mejorar la eficiejncia energética. CEA también impulsó una sociedad que agrupa a diez cooperativas para comprar juntas en elmercado de la energía. La unión hace la fuerza, a todos los niveles.

Tres agricultores, un viajante, un cerrajero, un carnicero (cortador) y un escribiente del ayuntamiento fueron los emprendedores que el 24 de noviembre de 1930 constituían ante notario la compañía Cooperativa Eléctrica Alginetense, SA, en un intento de poner freno a los abusos de las empresas suministradoras en forma de tarifas elevadas y repetidos cortes de suministro en un momento en que la electricidad era un recurso poco accesible para gran parte de la población y, a la vez, garantizar el fluido ante la falta de interés de las empresas que operaban en el sector, que centraban sus esfuerzos en zonas más pobladas y, por lo tanto, con mayor rentabilidad. La firma de un primer contrato de suministro con la empresa Sociedad Anónima de Fuerzas Eléctricas (SAFE) de València y el despliegue de las instalaciones iniciales permitió abastecer por primer vez de energía para el alumbrado a los socios en mayo de 1931 y, un mes después, se daba el alta a los abonados de «fuerza motriz», las industrias que requerían de un mayor consumo.

Se cumplen noventa años de aquellos hitos y la cooperativa mantiene su actividad adaptada a los nuevos tiempos y normativas, pero con la misma filosofía de ofrecer a los socios la electricidad con los mejores precios posibles. Mantiene como al principio en su cartera de clientes a la inmensa mayoría de la población de Alginet y también la voluntad de que los beneficios de esta gestión reviertan en el municipio, un interés que ya se vislumbró en los primeros años cuando, tras conseguir que el ayuntamiento le adjudicara el alumbrado público, el consejo de administración decidió facturarle el kilovatio a 20 céntimos cuando el contrato se había establecido en 27, y que se materializó definitivamente cuando, todavía en la posguerra, se constituyó el Fondo de Obras Sociales para destinar una 20 % de los beneficios netos anuales a ayudar a las familias más humildes y a colaborar con asociaciones locales de todo tipo.

La cooperativa Suministros Especiales Alginetenses (CEA) cumple noventa años como la única cooperativa de España que cuenta con una subestación propia y, según destacan fuentes del actual consejo rector, como la entidad con la luz más económica del país en términos generales. El consejo rector aplica desde que se declaró la pandemia del coronavirus un 15 % de descuento adicional en unas tarifas ya de por sí reducidas mientras que lo socios mayores de 65 años también se benefician cada tres meses de un descuento en el recibo de 25 euros. La cooperativa declinó repercutir a los socios los máximos históricos que alcanzó el precio de la luz en el mercado mayorista durante el temporal de frío de enero.

La historia de la Cooperativa Eléctrica de Alginet, no obstante, es la historia de la lucha de David contra Goliat, una aventura de una pequeña empresa en un sector dominado por grandes compañías que han realizado sucesivos intentos por absorberla y quedarse con su cartera de clientes, como retrata Vicente Roig Condomina en el libro publicado con motivo del sesenta aniversario de su constitución que, bajo el título «60 años de luz cooperativa en Alginet», repasa los orígenes y los hitos en la trayectoria de la entidad hasta 1990.

La negativa de las empresas suministradoras a aumentar la potencia pese a la mayor demanda derivada simplemente del proceso de modernización del país y del mayor consumo de energía en los hogares impidió a la cooperativa durante algunos períodos cursar nuevas altas y dio lugar a reclamaciones y pleitos que se prolongararon durante décadas, mientras alternaba épocas de prosperidad con otras de grandes dificultades. Prácticamente cada petición de ampliar la potencia era desestimada por parte de la suministradora, que alegaba estar en condiciones de ofrecer el servicio en Alginet, y contestaba con una contraoferta de compra que los sucesivos consejos rectores han desestimado.

De 310 kVA a 3.000

Da cuenta de esta lucha permanente que el contrato suscrito con Hidroeléctria Española en agosto 1941 que asignaba a la cooperativa 310 kVA estuvo en vigor hasta el año 1987 cuando se le acabó autorizando una potencia de 3.000 kVA. Durante un largo período la cooperativa se vio obligada a pagar los sobrecostes de superar ampliamente la potencia reconocida para prestar el servicio a sus socios. Fuentes del consejo rector recordaron que hasta que se normalizó la situación, primero con un acuerdo marco de aplicación a todas las cooperativas eléctricas que se veían afectadas por el mismo problema y después por la ley del sector eléctrico, CEA llegó a acumular cerca de 25 pleitos en el Tribunal Superior de Justicia.

Con todo, como relata Roig Condomina, los primeros años de actividad de la cooperativa ya demostraron bajo la presidencia de Salvador Cholvi que no sólo se podía abaratar el precio que cobraban otras empresas, sino que además se podían obtener ganancias. A pesar de que los comienzos siempre requieren de inversión, el primer año de actividad de la cooperativa se saldó con unos beneficios netos de 3.950,90 pesetas mientra que en 1932 ya fueron de 12.460 pesetas.

La cooperativa, no obstante, tuvo que hacer frente a momentos delicados como los sucesivos cortes de fluido por parte de la empresa suministradora, agravados por una sucesión de huelgas de los trabajadores que comprometían su propia supervivencia, por lo que tuvo que autorizar a los industriales a conectar con otras compañías con una serie de condiciones.

La Guerra Civil no evitó que aumentara el número de abonados, pero también generó problemas derivados de la escasez de contadores en el mercado, que obligó a imponer unas cuotas mensuales que variaban en función de las lámparas de la vivienda. Salvo momentos excepcionales, la cooperativa había conseguido mantener las tarifas iniciales a los socios hasta que, a mediados de 1941, SAFE exigió la renovación del contrato de suministro para mantener el servicio y forzó una subida de precios.

Carestías de la posguerra

Los años de la posguerra también fueron complicados por la falta de contadores trifásicos para las empresas -la escasez de cobre fue otra fuente de problemas-, lo que generó pérdidas importantes ya que, en ausencia de un contador para fuerza motriz, no pocos abonados recurrieron a los de alumbrado, con tarifas más económicas, y provocó que se acabara facturando todo el fluido a esa misma tarifa. Los impagos o retrasos de algunos socios también generaron deudas que provocaron que, en alguna ocasión, la empresa suministradora llegara a amenazar con el corte del abastecimiento.

El trabajo de Vicente Roig da cuenta de que en 1949 comienza la cooperativa una lenta recuperación que llega hasta el año 1954, realizando en esta etapa una sucesión de inversiones y se crea además el Fondo de Obras Sociales que señala entre los principales beneficiarios a los niños de las familias más humildes que tomaban la primera comunión y las distintas sociales culturales y recreativas de la ciudad como el Club Ciclista, la Sociedad de Cazadores, la UD Alginet, la Sociedad Colombófila, la emisora local de radio o la bilioteca municipal. También se contemplaba una asignación para obras de caridad y las campañas municipales de Navidad o Reryes, así como material didáctico para el grupo escolar.

La media de consumo por abonado aumentó un 30 % entre 1955 y 1963 por la generalización del uso de electrodomésticos, aunque las peticiones de aumento de potencia chocaban con la negativa de las empresas suministradoras.

en el recuerdo. Momentos de la historia de la cooperativa registrados en imágenes.

1 Agustín García recibe como presidente, de manos del rey Juan Carlos, el título de Cooperativa Ejemplar en 1977. F

2 Un grupo de electricistas levanta un poste en la calle Pío XII el 15 de octubre de 1959 F

3 Electricistas en la calle de Sant Antonio en una imagen de mayo de 1959 F

4 Operarios de la empresa Cobra reparan una avería que afectaba a la línea del Poble Nou en septiembre de 1978 F

5 y 6 Trabajadores de Cobra realizan intervienen las instalaciones de la cooperativa en febrero de 1963 y mayo de 1965 F

7 Un operario ante un cuadro eléctrico en una imagen de 2003 F

8 Vista de la subestación durante el proceso de construcción en 2011 F

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Ocho millones de euros anuales de facturación

La ley del sector eléctrico supuso en 2013 un punto de inflexión en la trayectoria de la entidad

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