El maltrato emocional y las situaciones de desprotección de un menor durante un proceso de separación o divorcio de los padres constituyen los principales motivos de intervención del servicio especializado en la protección de la infancia y la adolescencia de la Mancomunitat de la Ribera Alta, que el último año atendió 312 casos de menores en situación de vulnerabilidad, según detalla la memoria de este servicio que ya comparten 29 municipios. El resumen computa 84 casos en los que los técnicos apreciaron un maltrato emocional (26,92 %) y 63 en los que la situación de riesgo se enmarca en un proceso de separación de los progenitores (20,19%). La especial situación de riesgo de 56 menores (17,9 %) provocó que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas -la Administración autonómica tiene las competencias en materia de infancia- ordenara medidas jurídicas de protección a través de un acogimiento en familia extensa, 37 casos; en una familia educadora, 2, o un acogimiento residencial, 17 casos.

El número de casos atendidos durante el año 2020 por el Equip Específic d’Intervenció amb Infància i Adolescència (EEIIA), el antiguo Seafi, se reduce casi un 6 % respecto del ejercicio anterior, en que asistió a 331 familias. De los 312 expedientes, 119 corresponden a casos nuevos de menores en riesgo de vulnerabilidad mientras que los otros 193 derivan de la asistencia a familias iniciada con anterioridad aunque se mantenía en el tiempo.

Se da la circunstancia de que, en algunos casos, son varios los motivos que provocan la intervención de este servicio especializado. Los problemas de salud mental o adicciones y las negligencias en la atención a los hijos por parte de los progenitores constituyen las otras causas que más aparecen en los casos de menores asistidos, con 52 y 50, respectivamente, lo que se tradude en ambos factores en un 16 %. Se da la circunstancia de que los casos de negligencia han descendido sustancialmente ya que el año anterior representaban el 53 % del total.

Por otra parte, el maltrato físico y la violencia de género aparecen en un 9,29 % de los expedientes (29 casos por cada uno de los conceptos), en 22 (7 %) la intervención viene motivada por un abuso sexual y en 11 (3,5 %) por situaciones de acoso. Por otra parte, en 20 expedientes se cita entre los motivos de la intervención situaciones de violencia filio-parental (6,41 %). Si se suman los casos de maltrato físico y emocional estas alarmas aparecen en el 36 % del total.

La Mancomunitat de la Ribera Alta cuenta desde el año 2000 con programas y servicios de atención a la infancia y la adolescencia, que se han adaptado en cada momento a la normativa legal y que poco a poco han sumado adhesiones de nuevos municipios. De los 18 pueblos que habían solicitado el servicio en 2008 se pasó a 26 diez años después y, a finales del año pasado, también se formalizó la adhesión de los tres pueblos del Marquesat por lo que en este nuevo ejercicio ya se asiste a la población de 29 de los 35 municipios de La Ribera Alta.

Atención telemática

En un año marcado por la pandemia del coronavirus, que en los primeros meses impuso el confinamiento de la población, los técnicos del servicio contactaron por vía telemática con las familias que venían atendiendo y elaboraron materiales con el objetivo de evitar factores de riesgo que pudieran aparecer frente a esta situación de extrema vulnerabilidad en muchos de los núcleos familiares con los que trabajan.

Por otra parte, ante la situación excepcional que supuso la declaración del primer estado de alarma y en previsión de que aumentaran los conflictos en el ámbito familiar, la Mancomunitat optó por dar apoyo psicológico a los habitantes de todos los pueblos mediante un servicio telefónico al que se sumaron los tres profesionales del EEIIA. Este servicio realizó 337 atenciones telefónicas.

De la mano de Servicios Sociales, docentes y sanitarios

En su trabajo cotidiano el equipo multidisciplinar que ofrece el servicio de protección de la infancia y la adolescencia se desplaza a los diferentes municipios y mantiene un contacto directo con los diez equipos de Servicios Sociales de Atención Primaria Básica que operan en La Ribera Alta, con los que se complementa; también trabaja para dar a conocer el servicio y mantener una colaboración fluida con el área escolar al considerar que los docentes son agentes prioritarios en la detección y protección de los niños y adolescentes y, aunque según la memoria «resulta muy complicado crar una red estable y mantenerla en activo» con las áreas de salud y justicia, los técnicos consideran que con paso del tiempo se van consiguiendo «pequeños avances de forma que estos profesionales también nos contemplan en sus intervenciones».