A finales de septiembre, una vez finalizado el verano y su temporada estival la típica del 2020, y cuando aún no se presagiaba en el horizonte una segunda y tercera ola de la pandemia del coronavirus, los hoteles de la Comunitat Valenciana y entre ellos los de Cullera ya presagiaban una mala temporada basándose en el número de reservas que tenían para finalizar el año así como para el primer trimestre del 2021.

Si esas previsiones eran malas la realidad ha superado con creces a las previsiones más pesimistas.

Cuando en general, a nivel estatal, todo el mundo se lanzó a salvar la campaña de Navidad, la Generalitat Valenciana tomó como medida restrictiva el cierre perimetral de la Comunitat Valenciana, algo que afectó de forma directa a las instalaciones hoteleras. Cullera no fue un caso aparte y la cancelación de las reservas que se habían hecho de cara la campaña de Navidad aumentó de forma considerable hasta prácticamente quedar anuladas todas las reservas.

«El cierre perimetral de la Comunidad Valenciana ha hecho que el gran potencial de nuestros clientes llegados especialmente desde el centro de la península de cara a esta época, se haya visto mermado casi en un 90 % restringiéndose la poca presencia de usuarios de hoteles en Cullera apenas a la propia Comunitat Valenciana con lo que sobrevivir a las Navidades y durante este primer trimestre del año, con la tercera ola, ha sido muy complicado y difícil», esta es la opinión generalizada de la mayoría de los hoteles que en la actualidad tiene sus puertas abiertas en Cullera, la ciudad turística de la Ribera Baixa por excelencia.

Menos del 30 % de plazas

De los 14 hoteles con que cuenta la ciudad, en la actualidad solamente hay 7 abiertos, teniendo en cuenta que los tres de mayor volumen el Cullera Holiday, el Santa Marta y el Sicania tienen cerradas sus puertas, si bien el primero de ellos tiene previsto inicialmente abrir el 28 de este mes. Todas las pensiones de la localidad, las cuatro existentes, permanecen cerradas por falta de reservas y falta de clientes.

Al perro flaco todo son pulgas

Para los empresarios de los hoteles la situación es insostenible. El cierre perimetral ha impedido totalmente el hecho de poder recibir clientes de otras comunidades, que son el máximo potencial de las instalaciones hoteleras de Cullera. Si a este cierre perimetral se suma también el de las grandes ciudades de más de 55.000 habitantes, queda claro que los posibles clientes de los hoteles brillan por su ausencia. A esto, los hoteleros de la localidad de la Ribera Baixa han tenido que sumar también el cierre establecido por parte del ayuntamiento para no poder utilizar ni las playas ni el paseo marítimo, dos de los principales atractivos para los posibles clientes que podrían llegar desde la propia comarca, una circunstancia que habrá que ver cómo evoluciona ya que a partir de esta semana se ha levantado ya esa prohibición, una situación que los hoteleros ven «como positiva y que podría volver a servir de reclamo para la llegada de algunos clientes».

Los establecimientos hoteleros de la localidad de la Ribera Baixa que tienen previsto permanecer abiertos durante el periodo de Semana Santa miran al futuro con mucho excepticismo ya que en la actualidad el número de reservas, debido a la incertidumbre que existe con el coronavirus, «se reduce a cero».

El sector hotelero, uno de los que más se ha aplicado en las medidas de desinfección para permanecer abiertos, ve con mucha ilusión la llegada de las vacunas aunque mantiene dudas respecto a que el próximo verano de 2021 «se haya conseguido vacunar al 70% de la población para poder alcanzar la inmunidad de rebaño, lo cual nos conduciría a una situación que podría ser alentadora». Por lo que se está viendo de momento, «el ritmo de vacunación es muy bajo». Demasiadas incertidumbres para un sector que en los últimos meses ha visto como el 70% de los establecimientos han cerrado las puertas y como, en la ComunitatValenciana, casi un 40% se han puesto a la venta. La situación en Cullera en estos momentos no es tan alarmante pero ya son algunos establecimientos los que han decidido echar el cierre ver forma definitiva.

Excepticismo y dudas ante la desescalada

Los hosteleros son muy escépticos en cuanto a la desescalada progresiva anunciada desde la propia Generalitat ya que «la hostelería estaba ya trabajando con una reducción muy grande en los locales, tanto en terraza como en el interior», lo cual en caso de ampliarse las restricciones, podría ocasionar que «en caso de que se abra con mayores restricciones, muchos negocios dejen de ser rentables». A pesar de todo, tanto el sector hotelero como el sector de los bares y restaurantes, se muestran «conscientes de que a veces hay que tomar medidas que no son todo los populares que nos gustaría», aunque se realiza también un llamamiento desde ambos sectores a la ciudadanía en general para que la responsabilidad individual» prevalezca y que entre todos seamos conscientes de poder sumar para paliar esta plaga».

Entre la incertudumbre, el cierre o la venta