El fenómeno conocido como «fuga de cerebros» todavía supone una realidad tangible en España, un país especializado en la oferta de servicios pero que en materia de investigación e industria está todavía lejos de las grandes potencias europeas. Así que cada vez resulta menos extraño conocer a alguien que desarrolla su trabajo en el extranjero. De hecho, según el censo electoral de españoles que residen fuera, a fecha 1 de octubre de 2020, hay más de siete mil nacidos en la Ribera que residen habitualmente o han trasladado de forma definitiva su hogar en otros países.

Al tratarse de un dato referente al censo electoral, excluye a los menores de edad, por lo que la cifra seguramente será mayor, ya que en más de una ocasión los ribereños emigrados al extranjero tendrán hijos. Sin contar, por tanto, la descendencia de menos de dieciocho años, el dato, extraído del Instituto Nacional de Estadística, cifra en 7.024 las personas nacidas en la comarca que residen lejos de las fronteras españolas.

Por localidades, Cullera es la que cuenta con un mayor número de vecinos que se encuentran en un país extranjero, con 1.061. Curiosamente, supera en la estadística a Alzira, que contaba con 1.026 pese a que prácticamente duplica el volumen poblacional de la ciudad de la Ribera Baixa. En ambos casos, la cifra ha crecido considerablemente durante los últimos años. A inicios de 2013, algo más de 830 personas nacidas en Cullera residían más allá de las fronteras españolas. Dicho año se saldó ya con unas 890 y, desde entonces, la tendencia ha sido al alza. En el año 2018 superó la barrera del millar para alcanzar, el pasado mes de octubre, la cifra más elevada. En el caso de la capital de la Ribera Alta, el punto de partida era más bajo. En enero de 2013, contaba con algo más de 730 ciudadanos en tierras lejanas. De igual forma, durante los últimos años la cifra ha ido en aumento de forma progresiva aunque no fue hasta mediados de 2019 cuando sobrepasó los mil. Aunque en las dos se registra un claro crecimiento, es mayor en Alzira, ya que supone un 28,8 % más que al inicio del periodo analizado, mientras que en Cullera el aumento es del 21,7 %.

Incremento

Alzira y Cullera son las únicas localidades de la comarca que pueden presumir de tener más de mil vecinos en el extranjero. Solo otras tres superan el umbral de quinientos ciudadanos con residencia habitual en otros países. Como es de esperar, son las que completan el listado de las cinco más pobladas de la Ribera. Una de ellas es Algemesí, que según el censo el censo electoral de españoles que residen fuera cuenta con 732 personas que abandonaron el hogar para mudarse a otro país. Como ocurre con los dos casos anteriores, también registra una tendencia al alza ya que a principios de 2013 el listado solo lo formaban unas 490. Con todo, en términos porcentuales supone un incremento mayor que el de Alzira y Cullera, el 33 %, concretamente.

De nuevo cerca del mar, hasta 632 ciudadanos de Sueca se encuentran repartidos por el mundo, una cifra que ha crecido desde los 435 registrados en enero de 2013. En su caso supone un aumento del 31%. Por lo que respecta a Carcaixent, tenía un punto de partida similar, con 449 en 2013 hasta alcanzar, con un crecimiento progresivo, los 592 contabilizados en octubre de 2020. Esto significa un 24,1 % más.

Por tanto, salta a la vista que son cada vez más los vecinos de la comarca que huyen de sus hogares, por distintos motivos, aunque el laboral resulta el más evidente. Lejos de ser una tendencia que podría relacionarse exclusivamente con los periodos de crisis económicas, ésta ha ido en aumento durante los últimos años. Una predisposición que, en caso de que se produzcan cambios significativos en el tejido productivo de la Ribera, supone asumir la pérdida reiterada de talento.

Tous, el que menos vecinos exporta

La lógica del volumen de población tampoco se cumple en el caso inverso. Cotes es el municipio más pequeño de la comarca en este aspecto, pero no es el que cuenta con menor representación en el extranjero. De hecho, el censo cifra en nueve los ciudadanos que residen más allá de la frontera estatal. Misma cifra, por cierto, que Benicull, que le triplica en número de habitantes. Curiosamente, la localidad con menos vecinos en otro país es Tous, con cinco. También llama poderosamente la atención el caso de Sellent. El que es el segundo municipio menos poblado contaba en los registros del censo de extranjeros con 31 personas, una cifra que representaría, casi el 10 % de su población (cifrada en 384 en 2020). Otro caso significativo es el de Llaurí, que apenas sobrepasa un censo de mil vecinos pero cuenta con 91 ciudadanos en otros países.