El Maristas Algemesí vuelve a sonreír. La presente campaña, marcada por la pandemia, el aplazamiento de partidos y las bajas, le ha pasado factura hasta el punto de destacar, sobre todo, por su irregularidad. Con todo, el conjunto ribereño de balonmano parece haber dejado atrás la última mala racha y logró una importante victoria ante la Peña Deportiva el Capricho (25-29), equipo al que dominó de principio a fin.
El conjunto balear es el peor del grupo E de la Primera División Estatal, pero los de la Ribera no se confiaron y fueron a por la victoria desde el inicio. Pese a que la parte alta de la clasificación se encuentra lejos, un equipo como el Maristas debe pensar siempre en sumar sus partidos por triunfos. El primer parcial de cinco minutos ya reflejó una primera ventaja para los intereses amarillos, ya que se logró un 1-3 en el marcador. Los de Algemesí ampliaron la renta hasta los tres goles con el 3-6 del minuto diez. Ambos conjuntos demostraron que no estaban sobre el parqué de paso y, aunque el cuadro Marista intentó ampliar su renta, la Peña Deportiva el Capricho siempre recortaba distancias. A cinco del descanso, de hecho, los baleares se quedaron a un gol de igualar la contienda, pero finalmente se fueron al vestuario con dos de desventaja.
La pausa sentó mejor al cuadro visitante, que afianzó su renta en los primeros minutos de la segunda mitad. Del 14-16 se pasó al 14-20, con el que los de Algemesí daban un golpe sobre la mesa y se metían media victoria en el bolsillo. Aunque todavía quedaban viente minutos de juego, tiempo más que suficiente para fraguar una remontada, el parcial desfavorable minó la moral de los locales. El intercambio de goles y el paso de los minutos beneficiaban a un Maristas que buscaba volver a una tendencia positiva de resultados. Aunque el Capricho llegó a reducir a cuatro la ventaja de goles, el triunfo se fue a Algemesí.
Gracias, en parte, a una actuación goleadora espectacular de Gerard Borràs (11 tantos), el Maristas encadena dos victorias y un empate consecutivos.
