Tras un periplo formativo que la llevó por medio planeta la astrónoma Amelia Ortiz «navega» otros astros como la Luna o Marte en un momento en el que el ser humano indaga si existe vida en el planeta rojo y si algún día podrá ser habitable.
¿Cuál es el día a día de una astrónoma de reconocido prestigio?
Cuando acabé la carrera de física, empecé a dedicarme a la investigación y el estudio de los asteroides. Y después, empecé a estudiar los cúmulos de galaxias. De la investigación pasé a la divulgación de la astronomía aquí, en el Observatorio Astronómico con el proyecto ‘La obra del cielo’, con visitas escolares. Actualmente, mi investigación está dedicada a la creación de material o de actividades destinadas al público general o en las escuelas, para que conozcan más cosas de nuestro espacio. Una de mis especialidades es adaptar varias actividades para personas en discapacidades físicas. Por eso hemos creado estos modelos táctiles de planetas, para que las personas ciegas puedan aprender astronomía. Aunque no solo están disponibles por estas personas discapacitadas, también para el público general. A todos nos gusta tocar y experimentar, más que ver.
¿Cuál es el camino académico para llegar a su posición?
Es difícil, actualmente no hay un camino definido que te garantice hacer lo que yo hago. El mundo científico necesita trabajadores y la incertidumbre hace a muchos estudiantes abandonar. Hay gente que con 40 años continúa enlazando contratos de 2 o 3 años, sin una plaza fija, con las responsabilidades familiares que se supone que ya tienes en esa edad.
¿Por qué es necesaria la mirada femenina en la ciencia?
Hombres y mujeres pensamos de manera diferente, pero las dos formas son complementarias. Es una manera de abordar los problemas con más variedad de soluciones, no con un pensamiento único. Un descubrimiento llega desde la innovación o en trabajos con diferentes puntos de vista. La ciencia es muy creativa, y para que sea creativa necesitas diversidad. No solo de hombres y mujeres, también de gente otras razas y culturas. Cada cual lo afronta de una forma diferente, complementaria, que enriquece el proceso de investigación.
¿Se ha topado con el techo de cristal del machismo laboral?
He tenido problemas para ser mujer en este sector. Problemas que sabía que tendría. Por ejemplo, cuando tuve una hija, tuve que desvincularme del contrato postdoctoral que tenía para cuidarla. Un año sin cobrar ni trabajar. En un mundo tan competitivo como el científico, si estás un año sin publicar, te quedas detrás. Porque en ese tiempo, tus compañeros hombres han estado trabajando y publicando sus investigaciones. Desde las instituciones no se apuesta por la integración. Simplemente, con que hubiera una guardería en el trabajo nos facilitaría mucho las cosas. Esto lo viví en Australia, cuando tuve a mi hija, había una guardería en el campus. La carrera científica está diseñada por hombres y para hombres. Hace falta que entren más mujeres para que se tengan en cuenta nuestras necesidades. De este modo habrá diversidad y solo en la diversidad se puede conseguir la excelencia científica. Cuando se vea la evolución histórica de la mujer y lleguemos a nuestros días, veremos que hemos mejorado respecto a hace 50 años, pero todavía siguen habiendo problemas, techos de cristal, sin investigadoras que ocupan lugares de privilegio dentro de la política científica o catedráticas en todas las universidades.
¿Y dónde puede hallarse la solución o soluciones?
Para cambiar el axioma de que hay profesiones de hombres y profesiones de mujeres es necesario mostrar a mujeres referentes en varios campos. Mujeres que sean un modelo para chicas que quieren estudiar esas vías. Ahora es más fácil porque hay más mujeres que se han dedicado a la ciencia. Las chicas que quieran dedicarse a la ciencia, lo que tienen que hacer es estudiar, trabajar e intentarlo si es lo que de verdad les gusta. Mientras estés trabajando en una cosa que te haga ilusión y te guste serás feliz.
Apostar por la ciencia siempre es una inversión con retorno pero los políticos, demasiados centrados en las próximas elecciones, no desarrollan a menudo proyectos a largo plazo.
Espero que esta situación pandémica ayude a concienciar a los políticos de la importancia de la ciencia, aunque es difícil cambiar algunas conductas. La política tiene una vista a cuatro años, mientras que la ciencia no es así, necesitamos de un ritmo pausado para ir evolucionando. A nivel mundial, los países cada vez más se dan cuenta de lo importante que es tener presencia en el espacio. Es curioso ver cómo, poco a poco, iremos conquistando el Sistema Solar. Puede ser que, de aquí a 20 años, podamos tener una base en la luna donde meter telescopios con cristales de mercurio. Esto nos ayudaría a tener unas imágenes mucho más nítidas de nuestra galaxia.
Además, en un momento en el que las pseudociencias se expanden peligrosamente por Internet.
Es importante ser consciente del contexto y conocer las pseudociencias, porque hacen mucho daño a nuestro trabajo. Que la gente crea que hemos llegado a la luna o no, tampoco le afecta mucho en el día a día, pero que piense que la homeopatía soluciona los problemas de salud, sí que es muy peligroso. Por ejemplo, intentamos que la gente conozca que la astrología no tiene ninguna base científica. De hecho, una de las actividades que realizamos aquí con los niños es preguntar cuál es su signo del zodíaco. Se sorprenden porque no coincide el signo que ellos pensaban que tenían con el que les corresponde en realidad. Si los haces pensar un poquito en que esta base ya no es cierta, todo lo que viene detrás es falso.
¿Cuál es la utilidad de la astronomía en el día a día de la ciudadanía?
Actualmente protagoniza una serie de adelantos tecnológicos que se aplican en el día a día y que facilitan la vida de los seres humanos. El más claro es el wifi. Se desarrolló en un observatorio de radio y hoy en día lo utilizamos todos. O también la cámara CCD, que ahora tenemos todos en nuestros móviles. La primera se instaló en un telescopio. Empiezas a investigar y no sabes bien dónde vas a llegar, pero sabes que los hallazgos que realizas van a beneficiar a toda la sociedad.
