El embalse de Tous es una infraestructura que, para bien y para mal, está grabada en la memoria de los ciudadanos de la Ribera. Es a su vez protagonista de una de las catástrofes más significativas del último siglo y, desde hace 25 años, instrumento de protección frente a las habituales inundaciones del Xúquer. El empuje incontenible de las aguas del río derribó el viejo pantano el 20 de octubre de 1982 y la presa actual cumple sus funciones de contención y de almacenamiento del agua que luego alimenta el riego y da de beber a los residentes del área metropolitana.
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, presidió ayer el 25 aniversario de la inauguración de la nueva presa de Tous. Durante su discurso recordó que la ‘pantanada’ inundó 300 kilómetros cuadrados de La Ribera. La ola de agua que desencadenó la rotura del muro de contención del embalse provocó daños materiales, personales y psicológicos que el tiempo demostró irreparables. La comarca no volvió a ser la mismaporque el golpe fue muy duro y las indemnizaciones, sometidas en parte a un interminable calvario judicial, fueron escasas o tardaron demasiado para ser efectivas.
Otra de las consecuencias que tuvo aquel desastre fue la modificación de toda la normativa relativa al proyecto, construcción y explotación de presas en España. La pantanada también marcó un antes y un después en la ingeniería hidráulica. Lo subrayó ayer Gloria Calero ante la inmensa mole del nuevo pantano. El proyecto de la nueva presa fue redactado por la Confederación Hidrográfica del Júcar siguiendo las directrices del Plan General de Defensa contra avenidas del Júcar.
A la celebración del aniversario también acudió el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, y el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, entre otras autoridades. La delegada del Gobierno resaltó «la importancia» de la nueva presa de Tous en una cuenca como la del Júcar, en la que «la presión sobre el recurso hídrico y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos como son las sequías e inundaciones, hace necesario contar con presas que permitan la regulación y la laminación de las aguas».
La presa de Tous asegura la disponibilidad del agua para garantizar la satisfacción de las demandas, disminuye el efecto devastador de las crecidas y supone, según remarcó Calero, «una de las infraestructuras hídricas que mayores beneficios directos aporta, dado el alcance de sus funciones de regulación diaria y sus funciones de laminación».
El Gobierno de España «apuesta claramente por el uso racional del agua». En los próximos 6 años, según precisó Gloria Calero, el Gobierno de España invertirá 7.000 millones de euros en materia de agua y 1.700 millones en la gestión de recursos hídricos.
