Agustín Beltrán, Francisco Ruano, Jose Peiró, Juan Vallet y Vicente Bayona ya descansan en el cementerio municipal de Cullera 81 años después de ser asesinados y depositados en una foisa común del camposanto de Paterna. Este pequeño grupo de represaliados por el franquismo ha tenido al fin un entierro digno justo cuando ayer se cumplían el 90º. aniversario de la II República.

Todos ellos se encontraban depositados anónimamente desde el 30 de noviembre de 1939 en la fosa común 112 de Paterna, y después de años de lucha y de intensos trabajos de exhumación se ha permitido identificarlos. Dos de ellos eran labradores, otros dos fumigadores y el otro era chófer, y fueron asesinados cuando tenían entre 28 y 59 años.

«Nunca han sido personas anónimas, son una muestra de tantas y tantas personas que sufrieron la represión y uno de los capítulos más duros y vergonzosos de nuestra historia. Ahora, por fin, vuelven a su casa», subrayó ayer la concejala de Memoria Histórica, Amparo Jover. El alcalde, Jordi Mayor, destacó que se les daba sepultura en fosas comunes sin dignidad, y ahora gracias al esfuerzo de las Administraciones Públicas se está permitiendo que los familiares puedan identificar los restos y llevarlos a su pueblo».

Para el primer edil se trata de «un acto de justicia social y más con toda la simbología que representa el 14 de abril, ya que hace 90 años se instauró un régimen de dignidad, justicia y libertad. Y ese es el anhelo: continuar luchando por esos valores que representaban estas personas para que estén todavía presentes en todo lo que hacemos como sociedad».

El acto de inhunación celebrado en la mañana de ayer también contó con la música solemne de la violonchelista cullerense Ángela Pellicer. A la ceremonia asistieron miembros de la corporación local, la directora general de el Institut Valencià de les Dones, María Such, y la presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas del Franquismo de la Fosa 112 de Paterna, Carmen Gómez.