Si las autocaravanas se encuentran en un terreno privado, el ayuntamiento lo máximo que puede hacer es informarles de la situación y hacerles cumplir la normativa municipal.

Pero, cuando los arrendatarios de un espacio deciden cerrar el acceso, no tienen otra que buscar alternativas. Así ocurrió con los terrenos donde habitualmente se viene celebrando el Medusa festival: sus titulares apostaron por cerrar el acceso a los autocaravanistas y estos decidieron buscar nuevos emplazamientos para poder pasar su tiempo de ocio disfrutando de su vehículo en Cullera.

Zonas como el aparcamiento ubicado frente al parque de bomberos, la zona de la playa de Cap Blanc, algún descampado, la playa del Marenyet o incluso los aparcamientos de algunos centros comerciales -que se han visto en la obligación de vallar sus aparcamientos- han sido los lugares escogidos por estos autocaravanistas para estacionar su vehículo en la localidad.

Cullera sigue siendo un lugar en el que son muchos los que se deciden en acercar su caravana. Muchos de los caravanistas están pendientes de la posible creación de una zona de autocaravaning en la localidad de la Ribera Baixa algo que de momento no se ha materializado.