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El Síndic alerta del grave deterioro de Aguas Vivas y pide al Consell que actúe

El defensor del pueblo valenciano atiende la queja por «la pasividad» del dueño y la Administración frente a la ruina del monasterio de La Barraca

La vegetación crece sin impedimentos en el patio interior, deteriorando suelo y pilares. | VICENT M. PASTOR

El Síndic de Greuges ha reclamado a la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte una mayor implicación en la conservación y mantenimiento del monasterio de Santa Maria d’Aigües Vives, cuyo estado de deterioro pone en peligro la integridad de un inmueble declarado Bien de Interés Cultural y, por tanto, protegido por su relevancia patrimonial.

La resolución del Defensor del Pueblo valenciano se produce tras la denuncia presentada por el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. La queja, tramitada por su presidente, César Guardeño Gil, denuncia que el antiguo cenobio «carece de actividad desde 2016 y ha sufrido, desde entonces, una grave degradación y deterioro, así como sucesivos intentos de expolio, algunos de ellos con éxito, por desgracia». Una situación sobre la que ya ha informado Levante-EMV en diversas ocasiones.

El promotor de la denuncia, además, señala que el BIC «agoniza lentamente ante la pasividad de su propietario, una empresa que se encuentra en estos momentos en concurso de acreedores, y de las instituciones y administraciones públicas con competencias en la materia, que deberían velar por la protección del inmueble».

El documento del Síndic recoge, además, la respuesta de la conselleria a la queja. Por una lado, recalca que el 8 de enero de 2018 elevó un escrito a la propiedad (y al administrador concursal), así como al Juzgado de Instrucción número 4 de Alzira, en el que le recordaba su obligación de conservar el monasterio y que, de no hacerlo, esta circunstancia podría acarrearle «consecuencias legales».

Asimismo, en su escrito, la Dirección General de Cultura y Patrimonio del gobierno autonómico asegura que tiene previsto enviar técnicos al monasterio «para que efectúen una visita de inspección, con la finalidad de determinar el estado de deterioro en el que se encuentra y los trabajos necesarios para su conservación». Apunta, también a que pretende buscar una solución «eficiente, congruente y concordante» con la realidad del patrimonio valenciano». Sin embargo, no se da a entender que sea una prioridad: «Debe establecerse un orden de prelación para la ejecución de las obras necesarias en los BIC que necesitan intervenciones urgentes. Todo ello, para no incurrir en arbitrariedad en la ejecución del capítulo de inversiones reales del programa presupuestario que tiene asignado este centro gestor», añade el Consell.

Escasez de recursos

En fase de alegaciones, el denunciante lamenta que el gobierno valenciano no especifique ni detalles las consecuencias legales «si las ha habido» por el incumplimiento en la conservación del bien. Tampoco qué otras medidas sancionadoras y administrativas se han llevado a cabo. A continuación, deplora la falta de inspecciones periódicas y regulares. «Sin el personal necesario, ni los medios, ni la dotación económica suficiente, es humanamente imposible vigilar, proteger y salvaguardar la integridad de los bienes existentes en la Comunitat. Las inspecciones no pueden depender única y exclusivamente de las denuncias realizadas por particulares». Por último, reclama que se realice una intervención subsidiaria con el fin de frenar la degradación del convento.

Tras analizar la situación, el Síndic reclama al Consell que adopte las medidas necesarias para proteger y conservar el inmueble.

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