Un experimento con pan de molde ha demostrado a alumnos de la EFA Torrealedua de Llombai el efecto de las bacterias que se pueden acumular en las manos si no se lleva una higiene adecuada.

Alumnos de primero del ciclo de Técnico de Atención a Personas en Situación de Dependencia, bajo la dirección de la profesora Catalina Salom, utilizaron cinco rebanadas de pan que se introducían en bolsas: una manipulada con pinzas estériles, otra con las manos lavadas con agua y jabón; una tercera con las manos lavadas con gel hidroalcohólico, otra con las manos sin lavar y, por último, una que los alumnos pasaron intencionadamente por ordenadores, barandillas y asientos.

Cuatro semanas después, los alumnos abrieron las bolsas y comprobaron que las tres primeras rebanadas estaban prácticamente igual mientras que las dos últimas «parecía que se habían descompuesto por completo», relata Lorena Ferrer, una de las alumnas, que concluye que esta prueba de la ferocidad de las bacterias constata la necesidad de «mantener una buena higiene si no quieres acabar con un pan podrido».