La tragedia ha vuelto a sacudir el deporte valenciano con Alzira en el epicentro de la vorágine. Todavía permanece en el recuerdo el fallecimiento del cadete Nacho Barberá hace poco más de tres años. La prematura muerte, en esta ocasión, de Antonio Villanueva Vaquero, de 34 años, un jugador de rugby del Denia RC, que disputaba el pasado fin de semana un partido en la capital de la Ribera Alta ante el segundo equipo del Inter, ha conmocionado a la sociedad. El club alicantino lamentaba «haber perdido un ángel».

Su equipo se declaraba «destrozado» tras lo ocurrido y trasladó su más sentido pésame a la familia y amigos de Villanueva, conocido por muchos como «Pollo». «Era una gran persona, auténtica y ejemplo para todos», lamentó el club de rugby de Denia, que también destacó su disciplina y capacidad de trabajo: «Nunca se quejaba y siempre daba el 100% en los entrenamientos y partidos. Escuchaba con atención todas las indicaciones y consejos, ante su ansia de seguir mejorando como jugador de rugby, su amado deporte. Tampoco se quejaba de lesiones o las anteponia como excusa para escaquearse. Era el jugador que todo entrenador deseaba tener».

Un caballero de gran corazón

En su comunicado, el Denia RC subrayó, además, su bondad y su oficio: «Era el primer voluntario en ayudar a la que fuera. Era todo un caballero dentro y fuera del campo y tenía un gran corazón. Caía bien a todos y todos querían ser su amigo. Si un equipo tuviese quince jugadores con el espíritu de ‘Pollo’, sería imposible perder partidos», concluyó.