Llueve sobre mojado. Las persistentes lluvias que deja el mes de abril -ayer por la tarde se volvieron a registrar precipitaciones y algunos pueblos contabilizan hasta 25 días en que se han registrado lluvias combinadas con horas de sol- no sólo provocará una merma en la producción de fruta de hueso, como el jueves adelantó Levante-EMV, sino que también empieza a causar daños «muy graves en numerosos cultivos», tanto en forma de pérdidas directas de cosecha como por la proliferación de hongos o los retrasos en las labores del campo que pueden acabar causando dificultades de comercialización, según alertó ayer la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja).

El exceso de lluvia reduce la cosecha de naranja al pudrir la floración

El exceso de humedad ya está generando problemas en la floración y el cuajado de los cítricos, incide la organización agraria, que si bien indicó que todavía es pronto para concretar futuras consecuencias, señala que «tras una exuberante floración» de los naranjos «el clima anómalo ya ha podrido una cantidad importante de flores a causa de enfermedades como la borytis» y amenaza con reducir la cosecha de la próxima campaña. AVA señaló que al objeto de fortalecer los futuros frutos y evitar mayores pérdidas de la producción, «los agricultores se están viendo obligados a efectuar tratamientos adicionales, lo que repercutirá en sobrecostes económicos».

Con todo, la fruta de verano será la más perjudicada por las continuas lluvias ya que se encuentra en un estado muy avanzado de maduración e incluso, en el caso de las variedades más tempranas, en plena fase de recogida, destacan fuentes de AVA. «Paraguayos, albaricoques, nectarinas y melocotones que hasta hace unos días presentaban un aspecto inmejorable, hoy sufren desperfectos que impiden su comercialización debido a un rápido engorde de la fruta y el posterior rajado de la piel (’clavillat’ o ‘cracking’)», explican desde la organización, mientras alertan de que la humedad sostenida favorece además la aparición de hongos como la Monilia en el melocotonero o la abolladura de las hojas. «Las mermas de producción alcanzan en algunos campos hasta el 90 % y, por tanto, la anomalía climática en el tramo final de la temporada trastoca las prometedoras expectativas que había depositadas en la fruticultura valenciana tras varios años de precios ruinosos».

AVA detalla que las hortalizas de temporada también pueden verse seriamente afectadas si continúa lloviendo de manera tan continuada con la proliferación de hongos como el mildiu mientras que, por otra parte, las lluvias han paralizado la recolección de patatas en la huerta valenciana «de modo que en las próximas semanas podría producirse un solapamiento de producciones con destino a los mercados».

Por otra parte, la organización agraria también muestra su preocupación por el cultivo de la chufa y alerta de que el sector arrocero valenciano, con gran presencia en la comarca de La RiberaBaixa, «está prácticamente paralizado porque no puede entrar a sus parcelas a realizar las labores de preparación del terreno necesarias para la siembra».