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El ‘Rey del nogal’ arraiga en Carlet

El aumento de la oferta propicia la expansión de un cultivo que ofrece una alta rentabilidad

El ‘Rey del nogal’ arraiga en Carlet

La provincia de València apenas contaba hace quince años con una gran finca de nogales ubicada en Albaida aunque, en los últimos tres años, ha aumentado la superficie dedicada a este cultivo al calor de una demanda creciente de nueces en el mercado y unas expectativas de rentabilidad altas. Hoy existen campos de nogales y, en algunos casos, con grandes extensiones en Enguera, Llombai, Villar del Arzobispo, Requena, Carlet, Montroi, La Barraca d’Aigües Vives o Turís, entre otros pueblos. Un vivero de Carlet está en el origen de esta expansión del nogal en la Comunitat Valenciana, pero también en España y Portugal.

El aumento de la producción de plantones de nogal injertado logrado por Viveros Galbis -a diferencia del común, el injertado garantiza una producción uniforme y con un calibre notable a partir del tercer año- ha permitido «despertar zonas de plantación dormidas», entre ellas las comarcas valencianas más cálidas por su proximidad a la costa, y al mismo tiempo convertir esta empresa familiar en la firma líder de la Península Ibérica «en cantidad y calidad», expone el gerente y propietario, Fernando Francés.

Bajo su dirección, el vivero ha pasado en una década de sacar al mercado 15.000 plantones a estabilizarse en una producción anual de 300.000, un volumen que no ha querido superar «para no perder el control»de un proceso complejo y delicado, que garantiza que no se masifique el cultivo y, sobre todo, seguir ofreciendo la máxima calidad. El vivero ha pasado en este mismo período de tener un trabajador fijo y dos eventuales a contar con una plantilla de 27 empleados indefinidos y veinte eventuales.

Francés recuperó para la familia en el año 2009 un vivero que había fundado en 1975 el padre de su esposa, al que no llegó a conocer, y que había acabado en manos de terceros. Asume que José Mª Galbis fue realmente el visionario que decidió apostar por el nogal en un territorio que apenas conocía este cultivo. «Cuando se hacía poca planta se vendía en las zonas tradicionales de cultivo», que identifica como una franja que cruza la Meseta central y que en marca entre Lisboa y Berja en el extremo más occidental de la península y Huesca y Lérida en el más oriental. No obstante, relata, «como me quedaba corto en la producción, me vi obligado a aumentarla poco a poco hasta que llegamos a esos 300.000 injertos anuales» lo que ha permitido introducir el cultivo en zonas que, según comenta, «no tenían ni un nogal». Según relata, en este sector, en toda Europa únicamente hay «diez o doce viveros» que se dedican en exclusiva al nogal con este volumen de planta.

Francés detalla que la docena de variedades con las que trabaja le permite suministrar plantas en cualquier zona en base a las condiciones climatológicas, incluso en la costa, donde se adapta bien la denominada SERR que, explica, si el agricultor trabaja bien la tierra «produce un mínimo de 20 kilos de nueces por árbol, de un calibre uniforme y grande».

El propietario del vivero asume que desde que se embarcó en esta aventura se han dado circunstancias que han jugado a su favor ya que, además de su apuesta decidida, el consumo de nueces se ha disparado en este período tras darse a conocer todos los efectos saludables de su consumo y, según destaca, «porque hemos creado en la empresa un equipo de gente que es sensible y ha asimilado el concepto de la calidad». Francés señala que haber limitado la producción no es un freno al crecimiento de la empresa que trabaja a través del áre de I+D+I con el objetivo de «convertir a Viveros Galbis en el vivero líder en Europa en calidad».

"También es viable en el minifundio"

El propietario de Viveros Galbis detalla que hay dos perfiles de productores de nueces: aquellos que cuentan la superficie por hectáreas y los pequeños agricultores y, en este caso, asegura que el nogal «es perfectamente viable cuando hay minifundio». Señala como ejemplo la experiencia de la comarca de Borges Blanques (Lérida), «donde hace 25 años un payés plantó un primer campo de nogales como alternativa a la fruta de hueso y hoy en día hay unas 500 hectáreas y todo es minifundio como en València», destaca, mientras señala que esto ha propiciado la creación de empresas de servicios para estos agricultores. «El nogal necesita tener agua y tiene una gran ventaja: no hace falta mano de obra, aunque sí un agricultor que sepa llevarlo. Menos los tres primeros años, una persona sola puede llevar 100 hectáreas porque está todo mecanizado mientras en Huesca hay fincas que tienen a 500 personas en la campaña de recolección de la fruta y por eso están optando por el nogal». Francés cree que puede ser una alternativa a la fruta, el caqui e incluso a los cítricos.

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