Es un icono de Sellent pero también entraña un cierto riesgo. Las viviendas situadas sobre el monte son las primeras que se ven antes de entrar al pueblo dada la elevación del terreno. No obstante, después de un episodio de lluvias se producen desprendimientos que, por el momento, no han sido graves. Aunque podrían serlo. Por ese motivo, el ayuntamiento ha recurrido al departamento de Riesgos Geológicos de la Diputació de València en busca de una solución para el problema.

Los técnicos provinciales visitaron la localidad esta semana para comprobar el estado de la ladera, situada a escasos metros del río con el que comparte nombre, y tomar fotografías con las que analizar la gravedad de su situación, según detalló ayer la alcaldesa, Raquel Sancho.

El peligro de la zona es doble. Por un lado, sobre la ladera se erigen varias viviendas, cuyos propietarios temen por su estabilidad. A este se añade la circunstancia de que la ladera da a una calle, que separa el casco urbano de la zona en la que se encuentran la piscina y las pistas deportivas. Conocida como el Passeig del Riu, se utiliza diariamente por vecinos que salen a practicar deporte o a pasear. Por tanto, en un hipotético desprendimiento podrían dañarse tanto personas como algunos hogares.

«Eso es lo que queremos evitar a toda costa», enfatizó Sancho, que prosiguió: «Por el momento no ha habido que lamentar ninguna desgracia y creemos que el riesgo no es inminente pero considerábamos necesario que algún experto lo evalúe, bien por si requiere de un seguimiento periódico o por si fuera necesario emprender cualquier tipo de actuación. Por eso hemos contactado con los técnicos de la Diputació de València».

El principal temor de la alcaldesa, y que es extrapolable al resto de vecinos, es que la erosión que pueda sufrir la ladera empeore tras un temporal de fuertes lluvias. Precisamente, las precipitaciones ya han provocado desprendimientos en esta zona del monte, aunque han sido movimientos de tierra que, aparentemente, no han causado daños de gran envergadura.

La vegetación servía de protección al compactar la tierra

Según detalló la alcaldesa de Sellent, hasta hace relativamente poco el riesgo era menor dada la existencia de vegetación en la ladera. «Las higueras mantenían la tierra compacta, pero enfermaron por unos hongos y se han secado. Además, tampoco eran la solución definitiva ya que para mantener la vegetación se requería una empresa especializada, ya que es una zona peligrosa», detalló.