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Carcaixent se blinda contra el descontrol de las plantas solares

«Apoyamos las energías limpias, pero no a cualquier precio», esgrime el alcalde

La Ribera, central eléctrica | VICENT M. PASTOR

El auge de las energías renovables no tiene freno. Ante los inminentes cambios y la llegada de los fondos europeos post-covid, las grandes empresas eléctricas compiten para repartirse parte del pastel para desarrollar macroproyectos en grandes extensiones de terreno. Una de estas corporaciones se ha fijado en Carcaixent, concretamente en el paraje de El Realenc.

La oferta de una empresa pretendía construir una planta fotovoltaica de grandes dimensiones que, según fuentes municipales, hubiese «colonizado» un espacio más grande que lo que representa el casco urbano. Ante lo que consideran una «amenaza», el consistorio ha mostrado un desacuerdo prácticamente unánime en un pleno extraordinario.

Con el voto afirmativo de todos los grupos políticos y la abstención del concejal no adscrito Juan Albert, se ha acordado la «suspensión del otorgamiento y admisión a trámite de las licencias que puedan solicitarse para la implantación de instalaciones de energía fotovoltaica y eólica».

El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, ha explicado que la urgencia del pleno venía dada porque había que buscar una solución inmediata ante la posibilidad de que alguna empresa privada presentara un proyecto. «Estamos a favor de las energías limpias, pero no a cualquier precio, no nos podemos permitir acoger mastodónticas instalaciones que supondrían un enorme impacto paisajístico y para el medio ambiente que podría afectar a las generaciones futuras».

El ayuntamiento ha manifestado la voluntad de estudiar el entorno y aprobar una regulación que facilite «la implantación de las energías renovables, de forma armónica con el territorio». Según han manifestado en un comunicado, sería «contraproducente que se instalaran grandes plantas que pudieran afectar áreas cultivadas, próximas a los cascos urbanos de la población o urbanizaciones, alterando la calidad de vida de las personas».

El intento de convertir el Realenc en una central fotovoltaica tiene lugar meses después de que el Tribunal Supremo confirmara la titularidad pública de diferentes caminos y senderos forestales del Realenc. La sentencia cerró un litigio judicial de siete años entre el consistorio y la empresa propietaria de la finca, Realengo y Mas de l’Oli S.L., que cerró estos caminos al considerar que eran particulares. Históricamente, El Realenc ha sido frecuentado por senderistas, corredores y ciclistas.

La comarca de la Ribera arrastra en los últimos tiempos una proliferación de macroproyectos de las eléctricas. Hace tan solo un mes, Tous dio el visto bueno a la ocupación de 270 hectáreas de monte para construir dos plantas fotovoltaicas. Detrás, 74 millones de euros de inversión en manos de las compañías Iberdrola y Falck Renewables Power 2.

En las mismas fechas, también proyectaron otra gran planta solar entre Sumacàrcer, Navarrés y Chella, concretamente, entre las zonas de Los Palleteros y el Pla de l’Alt. La instalación ocuparía unas doscientas hectáreas.

En Llombai, un inversor proyectó a principios de año una megacentral fotovoltaica que ocupará más de 400 hectáreas: el 40% del suelo agrícola del municipio. La empresa ofreció casi dos mil euros por hanegada en función de si es secano o regadío y un alquiler de 200 € anuales para 35 años.

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