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La alzireña Encarna Fernández completa 162 km en los Pirineos en 48 horas

La deportista tiene entre ceja y ceja completar un nuevo reto en los Alpes italianos en el que recorrería 200 millas en un tiempo máximo de 150 horas

Encarna Fernández tras completar el reto. | LEVANTE-EMV

¿Se puede correr 48 kilómetros con un esguince en un pie y el otro abierto? Si tienes una ilusión, se puede. Y hay una alzireña que tenía una ilusión en la vida que espera verla cumplida el próximo 18 de septiembre. Encarna Fernández Galdón quiere recorrer 200 millas, 338 kilómetros por los Alpes italianos. Es la prueba cumbre para los ultrafondistas y ha esperado cinco años hasta que el sorteo le ha brindado la fortuna de ser elegida. Desde el 12 de septiembre hasta el 18, Encarna tendrá 150 horas para recorrer más de 300 kilómetros. Y hasta entonces, entrena duro 6 días a la semana, antes o después de trabajar en casa y fuera con tres turnos. Ahora tiene 47 años y hace ocho le entró el gusanillo por las carreras de grandes distancias. En 2019 recorrió las 100 millas del Valle del Genal (Málaga) durante 39 horas.

Con los cuidados de Pilar Díaz, de Tecma, y su entrenador, Rafa Olcina, antes de su nuevo reto afrontó el «Torn dera Val d’Aran». Ésta es una prueba circular de 162 km (100 millas) con 10.600 m. de desnivel, creada a imagen de la conocida Ultra Trail del Mont Blanc de Chamonix (Suiza) por sus mismos organizadores «pero que es mucho más exigente». A las 18 h. del viernes salió de Vielha y enseguida tuvo que afrontar tres picos de 2.000 metros. La organización describe la belleza de unos parajes «que no se pueden disfrutar por la noche porque no hay luz y por el día al aguantar altas temperaturas pese a estar en el Pirineo». Pasó la noche corriendo por Artiga de Lin, el Pas dera Escaleta, Montjoia y encadenó otros picos de 2.000 m. hasta llegar a Bosòst, en el km. 55 donde estaba la primera base de vida. En el km. 103, en Beret, hizo otro cambio «y la ropa termorreguladora me protegió del frío y aire».

Con una sobrecarga en el cuádriceps afrontó un día complicado. En el km. 115 le dio una pájara por un golpe de calor. «Se cierra el estómago y no puedes comer, por lo que no tienes energía». Afortunadamente pasó el mal momento y siguió, si bien «di una patada a una piedra y las uñas quedaron destrozadas, a partir de las 2 de la tarde acabé los últimos 14 km con calor y dolor pero afortunadamente llegué a la meta».

Superación tras lesionarse ambos pies los Picos de Europa

Junto a los entrenamientos, «que nunca pasan de 25 o 30 kilómetros del tirón», la alzireña ha probado sus aptitudes en varias competiciones. Semanas antes de adentrarse en la travesía por los Pirineos, disputó la prueba más dura del mundo, la Travesera de los Picos de Europa en Asturias, donde debía recorrer 74 kilómetros con un desnivel positivo de 6.600 metros (más de seis quilómetros de ascensión y otros tantos de descenso, que no son nada fáciles de ejecutar). Allí se hizo un esguince en el pie derecho y se le abrió el izquierdo. «No había ambulancia cuando llegué ni me pudieron vendar los pies. Había un corredor que era fisio que me trató el pie para seguir hasta Vega de Sotres. Para colmo me torcí el que tenía abierto. Llegué a tiempo al corte pero sin vendarme los pies correctamente no podía seguir y, además, tenía tres semanas después otra prueba», indicó. Un percance que no ha evitado que complete su reto en el espectacular y exigente Vall d’Aran y que tampoco le resta fuelle para afrontar los desafíos que le aguarda el futuro.

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