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Tribuna

En defensa del toro de lidia

En defensa del toro de lidia

Muchos han sido los festejos y celebraciones que han sido pospuestos por motivos de seguridad sanitaria hasta una mejora a nivel de las estadísticas o curvas de contagios. Lo curioso que no extraño, por la línea de incongruencias de este Gobierno, es que sólo se aplazan los festejos que menos poder de convocatoria humana tienen o, que se encuentran más controlados por su alto nivel organizativo, dejando paso a actos multitudinarios como las Fallas en València, que se celebrarán en septiembre.

Por segundo año nuestra querida piel de toro se ha quedado con las ganas de celebrar muchas de las fiestas que tanto estamos deseando cuando vienen los calores, provocando con ello un descalabro económico importante. Pero por contrapartida una parte de la sociedad que se hace llamar «animalistas», ha dado por bueno este desatino aplaudiendo y sacando el pañuelo verde al no poderse hacer corridas de toros ni «bous al carrer».

El toro de lidia señores animalistas, es una singularísima especie con una amplísima variedad genética, mucho mayor que el águila imperial. Particularmente, el toro de lidia, es decir, la subespecie «Bos primigenius» es una variedad genética obra de la intervención humana, como resultado de la búsqueda deliberada –a través de la selección de vacas de vientre y sementales- de unos rasgos morfológicos y de pautas de comportamiento orientadas a la celebración de espectáculos taurinos. Es decir, que si se obcecan en borrar definitivamente de los calendarios de todas las casas los días de corridas y toro por las calles ustedes, señores animalistas, habrán acabado con el animal más noble que existe.

Ningún ganadero es capaz de soportar el gasto que supone el alimentar, criar y mantener toros en sus ganaderías por el mero hecho de tenerlos pastando bucólicamente por sus dehesas o campos. Según el ganadero y reconocido torero suecano Gregorio de Jesús, cada toro cuesta de alimentar dos euros al día, si esto lo multiplicamos por 300 toros que posee este ganadero, al cabo del año son muchos miles de euros que Gregorio ha tenido que sacar de su bolsillo sin la ayuda de ninguna subvención por parte del Gobierno, en los momentos más duros de pandemia donde los beneficios han sido cero.

El anterior Ministro de Cultura dijo que como responsable público debía ocuparse de todos los contenidos del Ministerio de Cultura y en su cartera la tauromaquia desde el año 2010 se ha ganado el puesto, estando en bellas artes. Además, hay sentencias del Tribunal Constitucional que avalan y que reconocen la praxis de dicho arte y también hay una manifestación o reconocimiento parlamentario de las cámaras de la tauromáquia como patrimonio cultural, por tanto el ministerio, como todos los entes públicos, debe de proteger y preservar sus corridas…

Sin corridas de toros ni espectáculos públicos taurinos no hay toro de lidia, y sin toro de lidia desaparecería la dehesa, ecosistema autóctono, ejemplo de equilibrio sostenido y modélico, maquinaria biológica perfecta en nuestro país.

Hay pueblos como Puçol que vive con gran entusiasmo «els bous al carrer», todas sus peñas trabajan duro para cuando llega el día de soltar el toro se haga como el cuatro patas se merece. El cajón no se abre solo y por casualidad, antes de que salga el astado hay que hacer loterías, pagar seguros, reparar o comprar barreras, pagar alquileres de los locales de las peñas y, sobre todo, pagar el sangrante recibo de la luz de dichas sedes. Gracias a esos días de toro hace caja la hostelería tan castigada por las restricciones y las tiendas ven como sus estanterías se vacían…

Los animalistas son los que no cumplen con el decálogo de normas que deben de seguir a pie juntillas, se contradicen con sus actos porque en uno de sus puntos deben de mantener su posición de no comer carne o productos provenientes del sacrificio de animales, (gallinas y pescado incluidos), muchos se manifiestan en contra del maltrato animal, pero les gusta comer una buena chuleta de cerdo, protestan en manifestaciones antitaurinas, pero usan artículos de cuero…

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